La cantera del Eibar arranca una nueva temporada

El mayor activo de un equipo de fútbol, a parte de sus primeros equipos y la afición, es sin duda su fútbol base. Un tesoro a cuidar y a potenciar. Una apuesta de futuro y de valor social. En el caso del Eibar no iba a ser menos y ya está en marcha una temporada nueva, también para la cantera armera. El pasado martes fueron presentados en Ipurua los 12 equipos que forman la cantera azulgrana, desde alevín hasta el Urko o femeninos B y C. 250 jugadores y jugadoras que completan los 8 equipos masculinos y 4 femeninos. A ellos, se deben sumar los casi 200 niños y niñas que se integran en la escuela de fútbol. Unos números muy destacables para una ciudad de 27.000 habitantes y un entorno de ciudades y pueblos lejos en cantidad de habitantes de los grandes núcleos urbanos. La cantera fue presentada en Ipurua, donde se celebró una rueda de prensa a cargo de Cesar Palacios, Director Deportivo del Eibar, Raúl del Pozo, responsable del Fútbol base, Jordi Torres, responsable del Fútbol femenino, y Eneko Romo, miembro de la Dirección Deportiva del CD Vitoria. Además, en el acto que también participó la presidenta, Amaia Gorostiza, se hizo entrega de los premios ‘Balioak eraikitzen’ para distinguir a aquellos jugadores y jugadoras que mejor han representado los valores del club.

La clave en la cantera es encontrar el equilibrio entre el éxito deportivo y la consolidación de valores. Una tarea ardua pero apasionante, que construye los pilares del club. Ir encontrando frutos en los primeros equipos es la mayor satisfacción después del trabajo realizado. “Encontrar en la victoria del primer equipo masculino del domingo el debut de Jorge Yriarte, tener en el campo a Cubero, cedido en el Racing de Ferrol, a Troncho en el banquillo o a Haritz en la convocatoria es sinónimo de que se están haciendo las cosas muy bien”, defendió Cesar Palacios en la presentación de la nueva temporada para la cantera. No solo en el masculino, el primer equipo femenino es sin duda de los equipos armeros que más se nutre de sus filiales. “El ascenso del primer equipo femenino ha hecho que jugadoras como Marta López o Irati Martín se hayan incorporado a la primera plantilla, 5 jugadoras han debutado en la copa de la Reina, Garazi, la portera del filial, estuvo en 7 convocatorias del primer equipo y también Elena Aldekoa, del año 2007, estuvo en una convocatoria. Esta participación es muy importante y son pasos para consolidarse en el primer equipo”, explicaba Jordi Torres. En una ciudad de apenas 27.000 habitantes lograr un fútbol base de casi 500 jugadores y jugadores es un éxito. “El club lo componen 8 equipos masculinos y 4 femeninos. Tenemos alrededor de 157 jugadores y 77 jugadores y 42 entrenadores y 18 entrenadoras. Son cifras que nos devuelven a las pre pandemia. Estamos muy satisfechos”, detalló con cifras Raúl del Pozo. La del Eibar es una cantera pequeña, rodeada de grandes trasatlánticos como pueden ser los de la Real Sociedad y el Athletic Club y formar cerca de estos un fútbol base con mimbres fuertes no es tarea sencilla. “En un pueblo como Eibar, de 27.000 habitantes, que casi el 50% de los niños y niñas sean locales en la cantera es un logro. Si sumamos la escuela de fútbol el porcentaje asciendo a casi el 70%. Además, el 80% son guipuzcoanos”, informó el responsable del Fútbol base azulgrana.

Transcribir esos datos en actos para después materializarlo en logros o debuts con el primero equipo requiere de un trabajo diario coordinado y ordenado. Eneko Romo explicó las labores para ayudar a los jugadores y jugadoras a seguir escalando: “Nuestra labor junto a Raúl era tender a la profesionalización de la cantera, para ello mantenemos reuniones periódicamente con el fin de allanar el camino hacia el primer equipo. Creo que se está consiguiendo, tanto en el primer equipo femenino como en el masculino, jugadores del fútbol base están teniendo presencia”. Eneko Romo añadió que el club ha mantenido el organigrama de los profesionales que conforman la cantera, a pesar de que no haya sido fácil por la situación económica que a veces exige “apretarse el cinturón”.