Juan Soriano, héroe imprevisto

Juan Soriano, portero del Leganés, se ha convertido en héroe inesperado de este equipo que, retornado a Segunda, esperaba ser dominador de los partidos y ofrecer un asedio recurrente a los rivales. Y en parte así es. Los pepineros son equipo arriesgado, que busca pisar área rival rápido y por acumulación. Actitud kamikaze que le hace ser el 10º equipo de la categoría que más remata (35 tiros) y el 6º que más veces lo hace entre palos (54,29% de sus remates). Pero en ese ímpetu, los madrileños dejan fugas de agua que, cada vez con más recurrencia, tiene que tapar él, Juan Soriano.

El sevillano ya ha tenido que lucir 10 paradas este campeonato para hacer del Leganés el noveno mejor equipo en relación remates recibidos (43) y goles encajados (cuatro). Algunas de esas intervenciones (por no decir casi todas) han sido salvadoras hasta el extremo. Pocas como la que el pasado fin de semana le sacó a la Cultural en un remate en propia puerta a bocajarro en el primer palo que le obligó incluso a chocarse contra la madera para evitar el gol. Acabó dolorido. Y feliz. La acción y su partido le ha valido ser uno de los candidatos al once ideal de la última jornada en Segunda.

Redención de Primera

Por ahora Juan acumula una media de 2,5 paradas por encuentro, que no son muchas más de las 3,1 que tuvo que ejecutar en los seis partidos que disputó la pasada temporada en Primera División, con la diferencia de que entonces el Leganés competía en la élite como equipo que buscaba salvarse. El asedio contrario se daba por descontado. La anomalía viene en este curso en el que el Leganés ha elevado su estatus, pero no la necesidad de que su arquero no ejerce de heroísmo recurrente.

Para este guardameta amamantado en las inferiores del Sevilla supone una suerte de redención a su evolución precisamente la pasada temporada, cuando perdió el puesto en la séptima jornada a manos de Marko Dmitrovic sin que, por el camino, hubiera mediado error alguno. Borja Jiménez quiso entonces dar la oportunidad al serbio que, con sus paradas y galones, se hizo con el puesto pese a que su competidor en la meta no había hecho deméritos para caerse.

Con un año más de contrato con el Leganés y en su segunda etapa con los blanquiazules (la Primera fue la campaña 19-20, también con descenso a Segunda), ahora Soriano aspira a ser pieza clave en el objetivo de buscar de nuevo la élite y, a ser posible, con el protagonismo que el curso pasado no pudo lucir. Por ahora lo está consiguiendo con dosis mesiánicas entre palos para sostener como héroe imprevisto a este Leganés abonado a los empates en este comienzo de temporada.

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