Jorge Sáenz: “No quería salir de casa, sólo quería cerrar el fichaje”

Jorge Sáenz (Santa Cruz de Tenerife, 27 años) es tipo tímido. Cuesta creerlo. Su alter ego sobre el césped suele ejercer con un liderazgo que el nuevo fichaje del Leganés admite haber aprendido hace nada, precisamente en la temporada pasada cuando estuvo cedido por el Valencia en Butarque. Ahora retorna al sur de la capital convertido en fichaje en propiedad, con la etiqueta de refuerzo estrella y la espinita de no haber podido disputar ni un solo partido con los che. Etapa que da por cerrada tras un periodo de negociaciones complejo que, confiesa, le ha llevado incluso a no querer salir de casa.

“En estas dos semanas previas al fichaje, no quería salir. Mi mujer era la que me obligaba a irme con los amigos, porque no me apetecía. Sólo estaba pendiente de que se solucionara el fichaje. Estar ya trabajando”, ha desvelado con su esposa (se ha casado recientemente) delante y bajo la atenta mirada de su representante, Pedro Riesco. El suyo no ha sido un fichaje fácil. Al contrario. Ha sido muy complicado.

“Por momentos pensaba que se caía la operación” ha añadido. La apuesta económica del Leganés y el trabajo de sus agentes para liberarle del club che han sido vitales para atar un refuerzo que hasta sus compañeros han festejado por todo lo alto. “No han parado de mandarme fotos del coche, que lo dejé aquí guardado en el parking… Me preguntaban que cuando me venía, pero no sabía ni qué decirles… yo no sabía qué iba a pasar con mi fichaje”, añadía en su re-puesta de largo.

La opción de Tenerife y sin objetivos

Un curso y 3.322 minutos en competiciones oficiales después de su primera llegada a Leganés, el Jorge que retorna a Butarque es, añade, un futbolista diferente. “He mejorado mucho en la comunicación. Antes me costaba más hablar en el campo. De organizar. De no perder las posiciones con los compañeros. Soy un jugador más comunicativo”, ha formalizado entre sus mejoras.

Habilidad que también ha puesto de manifiesto en sala de prensa al confirmar, por ejemplo, que la opción de retornar al Tenerife fue “real”. “No voy a mentir. Soy de Tenerife. Todo jugador canario te mentiría si te dice que no le hace ilusión volver. Fue real. Pero el Leganés puso más interés. Más empeño. Aquí estuve contento y así ha sido. Me he quedado”, zanjaba el asunto.

También ha lucido músculo de sinceridad este central resolutivo cuando se ha desmarcado del discurso oficial que manda en Leganés, ése que dice que el objetivo debe ser, sí o sí, el retorno a Primera División.

“Hablar de objetivos desde ya es un error. Hay que tratar de armar un buen equipo, llegar bien al debut para no dejarnos puntos desde el principio, como nos pasó el año pasado. Eso hace que todo sea más difícil. Hay que centrarnos en hacer las cositas bien (…) Si sufrimos, que suframos para algo bonito”, ha concluido en una larga comparecencia (más de 30 minutos) de intercambio de piropos y sonrisas de satisfacción. No siempre uno vuelve a un club en el que se se siente como en casa… aunque esté a 1.743 kilómetros de la suya.