Jon Karrikaburu, máxima prioridad

El Leganés está a menos de 48 horas de volver al trabajo. El próximo lunes y martes el equipo de Borja Jiménez comenzará con los tests médicos y físicos para, desde el miércoles, iniciar los entrenamientos. Un inicio que el club quiere que cuente con el mayor número posibles de fichajes. Por ahora lleva cerrados dos oficiales (Diego Conde y Aritz Arambarri) y un tercero atado (Darío Poveda). Podrían ser más. Trabajo de intensidad inicial para cubrir el boquete que dejan los 13 futbolistas cedidos o con contrato que acaban su vínculo en el Leganés y que tiene en Jon Karrikaburu (uno de los que marcha de vuelta tras préstamo) como objetivo máximo. Uno de los jugadores en los que el club está poniendo más esfuerzos.

El Leganés quiere contar sí o sí con el que fuera su ariete durante mitad de curso pasado. Convertirlo en una suerte de referencia fija en ataque. Lo que hizo Carlos Martínez con él cuando el extremeño cogió el relevo de Idiakez toda vez que el guipuzcoano (nuevo entrenador del Depor, por cierto) le cerró la puerta en una de las decisiones que forzaron su cese.

Todos a por Karrika

Precisamente esa confianza plena de final de temporada es uno de los argumentos que está puesto encima de la mesa del jugador. Aunque no siga Carlos Martínez, desde las oficinas de Butarque están insistiendo al chico y su entorno (su familia es fundamental), que tendría alto protagonismo. Que este curso la competencia es menor en ataque y su aportación podría ser mayor.

Un diálogo constante que lideran ya no sólo los responsables de la dirección deportiva pepinera, con la que guarda excelente relación sus agentes, el futbolista, su entorno y la Real Sociedad, sino también el resto de trabajadores del club que, durante esos cinco meses, estuvieron en constante contacto con el futbolista. Cualquier esfuerzo es válido para convencerle de que darle otra oportunidad al Lega puede ser la mejor elección para toda las partes implicadas.

Condicionantes y optimismo

Sucede que la Real Sociedad sigue pensándoselo. Primero, porque la gestión que hizo Idiakez del inicio de la cesión de Karrikaburu levantó dudas (y alguna ampolla) en Zubieta, incrédulos con el rol secundario que se le concedió. Además, en Butarque trasladan que la Real, por ahora, está pensando en darle el salto a algún proyecto de Primera, siempre y cuando le garantice continuidad. De tener que bajar un peldaño, Karrikaburu tendría un enorme elenco de clubes por los que elegir en Segunda División. Es ahí donde quizá la baza del Leganés puede tener algo más de fuerza.

Primero, porque el club ya le demostró que hará todo lo que pueda por ficharle. Así sucedió en enero, cuando se dijo sí, sin rodeo alguno, a las condiciones económicas que planteó la Real. Ahora sucedería lo mismo. Además, el chico guarda buen recuerdo de su estancia en Butarque aun incluso con el borrón de los primeros meses. En aquel entonces Karrikaburu, lejos de estar enfadado, estaba triste. El rendimiento que ofreció en los últimos ocho partidos le cambió el gesto: hizo tres goles que pudieron ser más (le anularon dos por el camino) con un recital de juego para el equipo.

Al sur de la capital gustaría que la operación se cerrase cuanto antes, pero también admiten que podría ir para largo toda vez que dependería de las necesidades de la Real Sociedad, que aunque quiere cederlo, también aguarda prudente el desarrollo de la pretemporada. Una lesión inoportuna o un movimiento inesperado puede hacer que cambie el statu quo del futbolista por el que más fuerte suspiran en el Leganés para este mercado invernal.