Gol de Marcos André... 770 días después
El ariete brasileño volvió a festejar un tanto con la camiseta del Real Valladolid después de más de dos años.
770 días. 25 meses. Dos años y un puñado de días. Ese es el tiempo que llevaba sin marcar gol como blanquivioleta Marcos André. No fue para menos que su estallido fuera de júbilo, después de un periplo en el Valencia alejado de las sensaciones alcanzadas en su primera etapa en el Real Valladolid, en la que asomó como un delantero con la capacidad de decidir partidos como lo hizo en ese minuto 92 en el Carlos Tartiere, otorgando dos puntos extra a los suyos.
De hecho, Maranhão, como se le conoce al ariete en su país, nunca antes había sido tan decisivo para su equipo, puesto que en su anterior etapa marcó cinco tantos y ninguno fue para ganar: dos veces hizo el primer gol y el resultado fue adverso, en dos victorias hizo el segundo y en una derrota su tanto solo fue un acicate ante una goleada encajada. No es óbice para que la percepción siempre fuera entonces de que se trataba de un jugador estructural, como se espera que lo sea este año.
Protagonista de uno de los culebrones del verano, debido a un pase inicialmente interrumpido por la ambición de Peter Lim de traspasarlo, y no cederlo, a Marcos André se le esperó precisamente aguardando momentos como el que se vivió en Oviedo, uno que, además, él mismo ansiaba, después del tiempo depreciado que pasó en Mestalla. Superado el minuto 90, Stanko Juric ganó un duelo a Jaime Seoane y proyectó al brasileño, que, con un gesto suave, se la acomodó en la derecha para, con la violencia de quien necesita el desquite, disparar duro a la escuadra, adonde Leo Román no pudo llegar.