Garitano respira y mete en problemas a Lisci

Sin muchos alardes, el Tenerife parece reaccionar. Al son de Luismi Cruz, se reilusiona y Asier Garitano respira un poco, pero mete en problemas al Mirandés de Lisci que acumula cuatro derrotas seguidas y se acerca a la zona de descenso.

Sergio González -de central-, fue la principal novedad del once blanquiazul en el que también regresó Corredera al doble pivote y Luismi a la banda izquierda. Entre los rojillos, destacó la presencia de Tomeo y Álvaro Sanz de inicio para intentar cortar su mala racha. Así, salió con mordiente y antes del segundo minuto Gabri probó las manos de Soriano.

Enseguida reaccionó el Tenerife adueñándose de la pelota y dando un paso hacia adelante. Sin embargo, fue un espejismo ya que poco a poco la intensidad se fue aplacando y ya no había dominador fijo. Cuando las porterías se veían lejanas llegó el penalti inocente sobre Luismi Cruz que Enric Gallego transformó en el 1-0.

Unos minutos después, los locales merodearon el segundo, pero un buen centro de Mellot no fue aprovechado ni por Enric ni por Rahmani (26′). Entonces apareció la magia de Luismi Cruz para colocar el balón en la escuadra más alejada de Ramón Juan que nada pudo hacer para evitar el 2-0.

De allí al descanso, poco sucedió salvo la lesión de Aitor Sanz quien tuvo que dejar el campo por molestias musculares. Al Mirandés le costaba un mundo enlazar tres pases seguidos y los insulares empezaron a creer en otra victoria en casa.

Para la segunda mitad, Lisci movió su banquillo y tuvo premio ya que enseguida marcó su equipo tras penalti cometido por Enric. Carlos Martín fue el encargado de acertar, recortar distancias y ponerle emoción el duelo. Pese al susto inicial, el Tenerife volvió a controlar el ritmo.

Así las cosas, el juego siguió con el tercero más cerca del empate, aunque los rojillos a la contra se mantenían en el partido. Ángel y Waldo, dos de los recién ingresados, tuvieron el 3-1, pero el ex Valladolid se topó con la pierna de Ramón Juan (78′).

En el tramo final, Soriano evitó el 2-2 (aunque la jugada hubiera sido invalidada por fuera de juego) y en la siguiente acción y hasta dos veces Ramón Juan impidió el tanto de la tranquilidad de los tinerfeños.