Fútbol sin porterías en Butarque

Leganés y Real Valladolid empataron en un partido que se podía haber jugado sin porterías. Un solo disparo entre los tres palos en 90 minutos es el resumen de un partido muy táctico con algunas ocasiones, pero nula puntería. Las tablas dejan más contento, quizás, al líder que mantiene las distancias con los pucelanos que siguen en zona caliente, pero que desperdician la ocasión de acercarse a los pepineros. De base, Borja Jiménez no varió su plan habitual y reforzó el centro del campo con las incorporaciones de Undabarrena y Neyou, que ha vuelto de la Copa de África, y devolvió a Miramón al once. Por su parte, Pezzolano suplió a Boyomo en el centro de la defensa con Tárrega, gran partido del valenciano en su debut como titular en Segunda, e introdujo al recién llegado Amath Ndiaye en la banda izquierda para sustituir a Anuar, lesionado en la última sesión de trabajo.

La primera parte terminó sin tiros entre los tres palos, pero sí hubo ocasiones. Porque ambos equipos fueron fieles a sus estilos. Los locales no tuvieron problema en replegarse para salir a la contra y llegar al área contraria fácil, pero allí las luces se le apagaban. De hecho, las primeras oportunidades llegaron a balón parado: Sergio González remató en sendos córners, pero el balón se fue fuera. En el campo contrario, los pucelanos empezaron cargando sobre la banda izquierda donde Amath puso en problemas a la defensa local. De hecho, el senegalés generó una gran ocasión en un disparo que rebotó en un defensa y el esférico, mordido, pasó muy cerca de la madera. Era el preludio de un acercamiento más intenso de los pucelanos al área de Conde. Tanto Monchu, como Sylla cabecearon fuera dentro del área, aunque la gran ocasión final fue la del pepinero Miramón que, justo antes del descanso, cruzó demasiado un disparo lejano que se fue por la línea de fondo.

La segunda parte fue un dolor, sobre todo para los blanquivioletas. Porque si alguien pudo marcar y llevarse los tres puntos fue el equipo de Borja Jiménez, ya que con la entrada de Raba el equipo local aceleró en busca de la portería de Masip, mientras que los blanquivioletas apenas se acercaron a la portería de Conde, sin ninguna opción, con escaso fútbol. Así el único remate entre los tres palos del partido lo hizo Sergio González al rematar un saque de falta que paró con facilidad Masip. Esa ocasión provocó una pequeña avalancha blanquiazul con Miguel y Miramón de protagonistas. El lateral cruzó su disparo tras taconazo del delantero de Tudela y el punta, además, estrelló su tiro en el lateral de la red que daba por cerradas la lista de oportunidades porque los disparos, desde lejos del área de Meseguer y Kenedy, no pueden ser llamadas así. El fútbol sin goles es otro deporte y en Butarque, ayer, se jugó sin porterías.