Fuera del playoff dos meses después

El Real Valladolid ha jugado con fuego durante las últimas semanas. Tanto que se ha quemado. Las heridas podría considerarse que no revisten gravedad, puesto que le quedan por delante once jornadas en las que todavía puede encauzar una situación a la que se ha visto empujado por sus últimos desastres, en Andorra y A Malata, donde fue retratado como un candidato con pies de barro o solo potencial. Después de dos meses, después de caer contra el Racing de Ferrol, el conjunto blanquivioleta ha salido de las seis primeras plazas, en las que ha estado casi el 60% del curso.

Desde el pasado mes de enero, desde las jornadas 22 y 23, el todavía equipo de Paulo Pezzolano se había vuelto a enganchar a las primeras posiciones, aunque fuera, como diría aquel, haciendo la goma, dado que su bagaje entre las dos primeras se reduce a dos fechas, la 19 y la 20, en el cada vez más lejano final de 2023. Ahí se aupó después de ganar sobre la bocina al Amorebieta, entonces penúltimo, y siguió la siguiente semana, pese a perder contra el Villarreal B, hoy en descenso y, entonces, cerca.

Lejos de esas 18 jornadas arriba quedan las 29 que acumula el Leganés, todas salvo las dos primeras y líder desde la duodécima, y las 30 del Espanyol, que se ha pasado nueve semanas entre el primer y el segundo puesto... y aun así ha cambiado dos veces de entrenador; primero, en la fecha 14, cuando destituyó a Luis García, con quien había bajado a Segunda, y la semana pasada a Luis Miguel Ramis, cuando decidió ascender al primer equipo a Manolo González, técnico del filial.

En el lado contrario se encuentra el tercer descendido el pasado verano, un Elche en línea claramente ascendente con Beccacece, que se ha colocado a la estela del ‘Lega’ después de ser incapaz de asomar entre los seis primeros hasta los últimos cinco partidos y como Real Valladolid y Espanyol, está exigido a mostrar garantías de pelear por el ascenso, tanto por venir de la máxima categoría como por su límite salarial, el mayor de los tres... y de los 22 equipos de Segunda.

Volviendo al conjunto blanquivioleta, desde la llegada de Pezzolano, el objetivo ha estado en sus manos durante 25 partidos de 42, si bien hace un año contaba al llegar con dos puntos de margen sobre una permanencia que se le esfumó entre los dedos, decepción que arrastra como una losa que deberá cargar el domingo frente al Eibar, en una nueva oportunidad otorgada por la propiedad para seguir tratando de aspirar a conseguir el proclamado objetivo del ascenso.

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