LUGO

Fractura total entre la afición del Lugo y la SAD

El partido frente al Andorra sirvió para que la afición manifestase su hartazgo con todos los estamentos del club. Se esperan más protestas frente al Huesca en quince días.

Pedro AgreloDiarioAS

El CD Lugo va a perder la categoría y lo va a hacer dando una imagen impropia de un club profesional. Incapaz de ganar un partido en todo 2023, descendido antes de finalizar el mes de abril y dando imagen de impotencia en cada partido. Además, la calamitosa gestión deportiva y la falta de sensibilidad con la grada ha hecho que la afición, harta de estar harta, haya dicho basta. El partido del pasado domingo ante el Andorra supuso la escenificación de la fractura total que, ahora mismo, existe entre la parroquia albivermella y la SAD. Desde el mismo inicio del partido hasta la finalización del mismo la afición mostró su enfado en un ambiente enrarecido que dejó en segundo plano lo (poco) que ocurría dentro del terreno de juego.

La salida de los jugadores fue recibida por los pocos más de 2000 espectadores que se acercaron al Anxo Carro con una pañolada y el grito mayoritario de “Tino Vaite Xa”, algo que ya se empieza a convertir en un clásico en el feudo albivermello en protesta por la gestión del dueño del club. También hubo cánticos para Wagner Molina en su faceta de director deportivo y para el resto de la Junta Directiva, a la que se pidió la dimisión.

Pero hubo más. En el Fondo Norte se desplegaron pancartas con leyendas como “Non nos representades”, “Fora Todos” o “Limpeza Total”. El momento más delicado se vivió cuando la seguridad privada del club acudió a retirarlas, siendo abucheados por gran parte del estadio. También hubo tensión entre los aficionados más animosos del Fondo Norte y Javi Avilés, que se encaró con ellos recibiendo a cambio una lluvia de insultos. Para terminar, aficionados se reunieron a la salida del partido delante de la entrada al palco de autoridades para protestar contra el accionista mayoritario.

Todos estos incidentes sirven para corroborar la ruptura absoluta que hay entre la masa social del Lugo y la SAD, más evidente que nunca tras una temporada tan nefasta como la actual. Un distanciamiento que en las últimas temporadas fue creciendo pero que no ha sido hasta el curso actual cuando se ha hecho mayoritaria dentro del sentir de la afición. Un daño colateral más dentro de la desgracia del descenso y que amenaza con seguir tensando las relaciones entre aficionados y propiedad.

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