LUGO

Este Lugo es una ruina

Los albivermellos siguen alejándose de la salvación. La crisis ya abarca a todos los estamentos, desde el deportivo al institucional.

En el año 1986 se entrenó “The money pit”, una comedia estadounidense protagonizada por Tom Hanks y Shelley Long. Contaba la historia de una joven pareja que decide comprarse una casa, aparentemente perfecta pero que en realidad es un auténtico desastre, y los esfuerzos para rehabilitarla, que resultan desastrosos. En España, para los que aún no se hayan dado cuenta, la película se tituló “Esta casa es una ruina”. Salvando las distancias, cualquier aficionado del CD Lugo que hoy vea el film encontrará sobrados paralelismos con la situación actual del club.

Y es que este Lugo, bajo cualquier punto de vista, también es una ruina. A nivel deportivo la situación roza ya la catástrofe. Lejos de recortar la distancia con el descenso, la brecha se agranda cada vez un poco más. De estar a un punto de la salvación se pasó a estar a cuatro. De ahí, a cinco y esta última jornada ha sumado un punto más de desventaja, colocándose ya a seis que podrían llegar a ser ocho si el Racing de Santander doblega al Leganés. De hecho, esta última jornada fue el Ibiza el que le recortó un puesto a los albivermellos, que ya tienen más cerca el último puesto que la salvación. Ahora mismo hay que tener mucha fe para creer que en las quince jornadas restantes el Lugo va a sumar más puntos de los logrados en las 27 que ya se han disputado, y que sería condición sine qua nom para poder, por lo menos, optar al milagro.

Y si la parte deportiva es oscura, no lo es menos la parte institucional. La fractura entre la afición y la propiedad es ya total, tal y como se pudo comprobar en el último partido disputado como local frente al Ibiza y en el que de forma mayoritaria se pidió la salida del máximo accionista de la SAD. Con una masa social adelgazada hasta la anorexia y cansada de un ninguneo constante (el episodio de la charanga colmó la paciencia de muchos), la oposición a la gestión del club es casi total. Con el presidente Saqués abierto por primera vez, según sus propias palabras, a la venta del club cabe preguntarse si aparecerán candidatos para la compra. Mientras, parece que ni una charanga ni la Banda de Música del Departamento de Policía de Conception Junction, Missouri, serán suficientes para acallar el descontento de una afición que ya se ve, tras once años, perdiendo la categoría.

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