Eric Curbelo: “Si ascendemos Sporting y Las Palmas me da igual quién gane el domingo”

En el camino de pistas que te conduce hasta Eric Curbelo ninguna tiene una opinión negativa sobre este joven de Santa Brígida, la reina de las Medianías de Gran Canaria, que también se ganaba a sus compañeros de Las Palmas a base de palmeras de chocolate. “Recuerdo que Pepe Mel decía que eran mi secreto. Cada uno, por su cumple, tenía que llevar algo al desayuno. Como contaba con la facilidad de tener las palmeras de la panadería de mi amigo, las llevaba”, recuerda Curbelo, sonriente en este y en tantos otros momentos de esta entrevista con Diario AS.

Su etapa en la UD acabó antes de lo que le hubiera gustado. “El apartado contractual no salía como las dos partes queríamos y por eso tomamos la decisión de salir”, recuerda sobre su marcha de un escenario sobre el que no guarda ningún tipo de rencor. “Cualquier canario que sale de Las Palmas lo hace con la esperanza de volver algún día. Pero a mí no me costó salir. Tenía ganas de probar otro fútbol y ahora estoy muy contento en Gijón”, afirma en este periódico acerca de su permanencia en un club con el que tiene contrato hasta junio del año que viene.

Consciente de su situación, para el duelo del domingo se ve en el banquillo. “Estamos ganando y no cambias la defensa cuando eso pasa, aunque sí tengo esperanzas de contar con algunos minutos”, anuncia.

Ahora en Gijón echa de menos su huerto, la tierra, el calorcito de su gente. De cara al futuro piensa en recuperar tantos fines de semana y veranos perdidos. Para este “bicho raro” hay vida mucho más allá del fútbol. Licenciado en Ingeniería en Organización Industrial, reconoce que ser futbolista no era “un sueño” ni siquiera cuando fue a probar a la cantera del Real Madrid.

Hace poco más de un año cambió radicalmente de escenario para vivir. ¿Qué tal se encuentra en Gijón?

La verdad es que estoy muy contento. A pesar de que el año pasado tuve muchas lesiones y no pude disfrutar del fútbol porque cada vez que empezaba a coger ritmo me lesionaba, estoy contento. Aquí se vive muy bien. El recuerdo que tenía de Gijón era, cada vez que venía con Las Palmas, que siempre estaba lloviendo. Nada que ver. De momento ha hecho un año y medio de tiempazo. Hay semanas en las que ha llovido y demás, pero la verdad es que estoy muy bien. La gente es súper futbolera y te reconoce por todos los lados. Te animan. Está muy guay.

Casi mejor tiempo que en Santa Brígida, su pueblo.

En Santa Brígida hace también muy buen tiempo. Por las noches hace fresquito pero se está muy bien cuando sale el sol.

Es la primera vez que tiene la oportunidad de jugar contra Las Palmas. ¿Es esta una semana especial para usted?

Sí (rotundo). Desde que salió el calendario es una fecha que tenía marcada. Esta semana ha sido un poco corta porque como tuvimos Copa lo tenía en mente, y sabía que iba a jugar porque llevaba tiempo sin hacerlo. Lo tenía en la cabeza. Así que tras el partido de Copa ya estaba pensando en el de Las Palmas.

¿Qué tipo de duelo espera el domingo? El ambientazo parece garantizado, como siempre ocurre en El Molinón.

El ambiente que he vivido aquí en el Sporting no lo había vivido nunca menos en nuestra época buena (con Las Palmas), que era cuando íbamos a ascender. Esos momentos fueron muy buenos. Pero aquí en el estadio, a pesar de haber malos momentos, la gente siempre responde. A poco que les des animan mucho. Siempre vienen unas 20.000 personas. Ahora que estamos en buena dinámica creo que se verá un gran espectáculo. Llevamos tres victorias seguidas y vamos a jugar contra Las Palmas, que va segunda. Será un partidazo.

“A poco que le des, la gente del Sporting siempre responde. Siempre vienen unas 20.000 personas. Se verá un gran espectáculo”.

Pablo Checa

¿Qué posibilidades hay de que se juegue con usted en el campo?

De momento, o por lo menos así es en mi cabeza, estaré en el banquillo porque los defensas que están jugando lo están haciendo muy bien. Hemos ganado y no tocas la defensa cuando lo haces. Pero sí tengo esperanzas de al menos entrar y contar con minutos.

Habla usted de la esperanza de contar con los minutos de los que ahora no dispone. ¿Fueron esas circunstancias las que le llevaron a salir de Las Palmas o son cosas que pasan en el fútbol?

Circunstancias, un cúmulo de todo. No conté con los minutos que quizás podía haber tenido o quizás no tuve la oportunidad de demostrar si debía haberlos tenido. Después, el apartado contractual no salió como las dos partes queríamos y la decisión que tomamos fue la de salir.

Las Palmas solo hay una y muchos son los futbolistas de aquí que quieren jugar en ella. A veces da la sensación de que les cuesta buscarse la vida fuera.

Uno, como canarión, quiere estar siempre en casa porque ahí tienes a la familia, amigos y todo. Es otro tipo de fútbol, el clima es muy distinto. No sé… Creo que todos los canarios que nos vamos siempre lo hacemos con la sensación o las ganas, o la esperanza, de algún día poder volver. Pero sí es verdad que, en mi caso, no me costó salir. Tenía ganas de probar un fútbol distinto, una nueva ciudad y demás. Pero uno siempre tiene esas ganas de volver a casa.

“Todos los canarios que nos vamos de Las Palmas siempre lo hacemos con la esperanza de poder volver. Pero no me costó salir, tenía ganas de probar algo distinto”.

Eric Curbelo

En Las Palmas, con Mel o Pimienta, vinieron muchos centrales o laterales y al final siempre acababa jugando Eric Curbelo. ¿Cuál era el secreto? Mel dijo que fue por las palmeras de chocolate…

(ríe). Sí, eso dijo. Era la panadería de un amigo. Cada uno, por su cumple, tenía que llevar algo al desayuno. Como tenía la facilidad de tener las palmeras de mi amigo, las llevaba. No lo sé... Ahora hago lo mismo de siempre. Incluso ahora, en Gijón, me cuido mucho más porque tengo más tiempo para mí y el año pasado tuve muchas lesiones que nunca había tenido. En Las Palmas apenas tuve lesiones y siempre estaba disponible. Supongo que son circunstancias. Hay veces que vienen todas las lesiones juntas como las que tuve el año pasado. Espero no tener ningún susto este año y poder completar toda la temporada y, sobre todo, estar disponible para contar con minutos.

Usted tuvo una experiencia en Leioa, ahora está en Gijón y cuando era un niño llegó a probar en Valdebebas con el Real Madrid. ¿Cómo recuerda aquella experiencia?

(sonríe). Cuando eres pequeño no sé si intentan camuflar un poco para no hacerte daño o qué. Lo cierto es que llego allí y me hacen las pruebas médicas. Recuerdo que estaba Enrique Castaña. Creo que comí con él, estaba en la Ciudad Deportiva. Hago las pruebas médicas y demás, y estando allí para almorzar me comentan que no las pasé porque tenía mucha laxitud en las articulaciones, que me iba a romper las rodillas y que no podían contar conmigo. Entonces, al día siguiente me mandaron para casa.

¿Se puso a buscar qué significaba tener laxitud?

Bueno… Siempre he sido muy laxo, y creo que gracias a eso nunca he tenido lesiones musculares. Al final tienes el riesgo de las articulaciones, aunque después muchos médicos me ha dicho que eso no tiene nada que ver. Creo que el Madrid también rechazó a Silva por ser pequeñito, no sé si a Pedri también… Los médicos también se equivocan (sonríe). También es verdad que tampoco fui a Madrid con muchas expectativas. Cuando era pequeño el fútbol tampoco me volvía loco. Se me daba bien jugar, estaba todo el día en la calle practicando pero no era algo de que quisiera ser futbolista sí o sí. No tenía ese sueño de ser futbolista. Estaba todo el día jugando en la calle. Se me daba bien y por eso lo disfrutaba, pero no era algo que yo insistiera o que mis padres dijeran que su niño era muy bueno, o cosas así. Mis padres pasaban bastante (se ríe).

“En el Madrid me dijeron que no porque no pasé las pruebas médicas. A Silva o Pedri los rechazaron por ser pequeñitos. Los médicos también se pueden equivocar”.

Eric Curbelo

¿Quizás por eso ha tenido una formación académica tan potente?

Acabé Ingeniería el año pasado. Y sí, seguramente fue por eso. En mente tenía acabar la carrera y ser un trabajador normal con una vida normal. De hecho llego bastante tarde al fútbol profesional, con 24 años. Realmente, si no hubiera tenido el fútbol hubiera tirado por otro lado. Empecé Ingeniería Mecánica, que es la que a mí me gusta: montar y desmontar motores, todo eso. ¿Qué pasa? Que en la ULPGC no te ayudan. Como ya estaba en el primer equipo de Las Palmas y no podía ir a clase y a los exámenes, no me los cambiaban. Menos un profesor que sí que me ayudó, el resto me decía que no podía hacer nada. Me tuve que cambiar a la privada, y ahí acabé la carrera Ingeniería en Organización Industrial.

“Acabé Ingeniería en Organización Industrial en una universidad privada porque en la ULPGC no te ayudan. Salvo un profesor, el resto me decía que no podía hacer nada”.

Eric Curbelo

El día de mañana, cuando se retire del fútbol profesional, ¿por ahí estará su futuro profesional?

Sí. ¿Sabes qué pasa? Que me gusta tener los fines de semana (ríe). Todos mis amigos y mi pareja tienen el fin de semana libre. Entonces creo que me gustaría tener un trabajo de lunes a viernes para disfrutar el fin de semana. Aunque si fuera algo relacionado con el fútbol es algo a lo que siempre he estado ligado y sé que trabajar en ello es muy agradecido.

¿Se llegó a sentir alguna vez un bicho raro dentro del vestuario?

A veces… Cuando no tienes mucho que hacer por las tardes porque al final llegas cansado de entrenar y necesitas descansar, lo que menos te apetece es ir a clase o ponerte a estudiar. Pero hay veces en las que a lo mejor tienes una comida de fútbol, cualquier historia, o momentos en los que puedes salir, pero yo apenas lo hacía porque tenía que estudiar. Siempre coincidía que cuando acababa el fútbol, que es la época de verano, llegaba la de los exámenes de la universidad. Y cuando acababan los exámenes, que era como una fiesta porque estaban todos los estudiantes libres, llegaba la pretemporada. Como tampoco es que fuera un excelente estudiante y tenía que recuperar, estaba todo el verano estudiando para acabar exámenes y después empezar la pretemporada. Es como que me he perdido un poco la parte de disfrutar de cada mundo.

No se conoce compañero suyo que hable mal de Eric Curbelo. ¿Usted con quién se quedaría?

Lo tengo clarísimo: Fabio. Nos parecemos bastante. Le gusta tanto el fútbol... No sé si querrá ser entrenador en el futuro. Si quisiera sería un buen entrenador. Es la típica persona que se conoce a todos los jugadores de todos los equipos. Antes de los partidos le preguntaba cosas de los rivales. Me hacía un informe todos los partidos. Ahora está sin equipo, esperando. Y fuera del fútbol somos iguales. Nos gusta estar tranquilos, tenemos nuestros amigos fuera del fútbol y otras cosas. Nos encanta el tema del huerto, la tierra y la agricultura.

Son formas de reconectar con uno mismo.

Sí. Y que al final no todo te gira en torno al fútbol. Ahora, en Gijón, sí siento que todo es fútbol. Por eso estoy aquí. Vengo a casa, tengo que descansar por el deporte. Todo es fútbol. En cambio, en Gran Canaria quedaba por las tardes con mis amigos, hacía mis cosas, me iba al huerto. Así también desconectaba.

Para acabar, ¿firmamos el domingo una derrota de Las Palmas y el ascenso de los dos en junio?

Por supuesto. Si ascendemos los dos me da igual quién gane el partido. Pero si ascendemos. Si no, no (ríe).

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