Enric Gallego, héroe otra vez del derbi canario

Sorprendió Ramis en su alineación, apostando por Sergio González en el centro de la zaga en detrimento de Sipcic. Además, Elady le ganó la partida a Teto para uno de los extremos. García Pimienta, por su parte, sacó la alineación esperada, con Loren Morón como referente ofensivo.

Y nada más salir del vestuario, Enric Gallego clavó un golazo con la zurda en la escuadra de Vallés, que solo atinó a mirar. Veinte segundos habían pasado del saque inicial y el Heliodoro explotó de alegría. Y sin tiempo para celebrar ese gol, otra vez apareció el catalán, esta vez a pase de Romero, para establecer un 2-0 en el amanecer del duelo.

Los amarillos no reaccionaban. Tanto, que Waldo pudo aumentar la renta, pero disparó demasiado desviado (8′). Poco a poco, la presión asfixiante del Tenerife fue mermando, pero la UD no encontraba ni a Moleiro ni a Jonathan, sus hombres pensantes y seguía dubitativa atrás. Sin espacios, Coco intentó sorprender desde el medio del campo viendo a Soriano adelantado, pero no acertó entre los tres palos (24′). El encuentro entró en una fase sin llegadas porque los blanquiazules estaban plasmando su plan de partido a la perfección, presionando casi sin cesar, completando una primera mitad primorosa. Es más, Iván Romero pudo sentenciar en el 44, pero falló delante de la portería. Y justo antes del descanso, fue Waldo quien sí acertó y estableció el 3-0 a la contra con un gran disparo cruzado.

Muy cuesta arriba se le puso el partido a los grancanarios que salieron al segundo tiempo en busca de la heroica. Y para ello, García Pimienta metió a Fabio, Andone y Kaptoum para revolucionar el choque. Sin embargo, el encuentro seguía muy controlado por los locales.

Los de García Pimienta mostraron un pequeño atisbo de reacción, pero chocaban con sus imprecisiones y ante la firme defensa tinerfeña. A la contra, el Tenerife podía hacer más daño. A la UD se le hizo largo el tramo final. Los cambios no produjeron el efecto deseado por su entrenador, a pesar de tener más el balón.

Álvaro Jiménez puso a su equipo más cerca de la remontada con un buen gol dentro del área. Sin embargo, en la prolongación y VAR mediante, Nacho Martínez de penalti estableció el definitivo 4-1. Pitó el árbitro y volvió a explotar el Heliodoro que vibró con su equipo. Le dio una alegría que durante muchas jornadas se le resistió. Triste y preocupada volvió la expedición amarilla tras ser superada casi de principio a fin.