“En nuestro tablero no queremos que haya una estrella, sino que el rey y la reina sean el equipo”
El técnico habla de la planificación en esta entrevista con AS, pero también de su filosofía y de su forma de vida; espera un mínimo de cinco fichajes y prioriza un lateral derecho y un pivote.
¿Qué es lo importante y qué es lo urgente para el Elche de Beccacece?
Es una buena pregunta. Lo importante siempre para mí es el juego. Las prisas hay que aprender a gestionarlas. Generalmente, las urgencias llegan de afuera, en lo que tiene que ver con la ansiedad generalizada que se vive en el sistema para ganar rápido.
Pero, ¿desde el club se transmite esa urgencia y esa necesidad de tener que subir este año?
Esa necesidad yo creo que ya está instalada. Nuestro despacho tiene que aprender a convivir con eso y a saber que nadie asciende en diez fechas porque es un torneo de 42 jornadas. La Segunda División son 42 kilómetros, no 100 metros. Si pensamos que en 100 metros vamos a subir o no, nos estaríamos equivocando y sería feo para el equipo.
¿Cómo se calma esa presión para centrarse en lo importante?
Yo no puedo influir sobre la ilusión y la exigencia de la gente, que también es buena. Lo que sí voy a intentar es trabajar con el grupo de futbolistas y con nosotros mismos para no caer en esa urgencia, porque las prisas, generalmente, te alejan de la posibilidad del placer. Y cuando un futbolista deja el placer de jugar por la obligación de ganar, merma mucho su capacidad de creatividad y, por ende, el rendimiento. Es una tarea muy difícil. Sólo hay que ver a esos equipos con historia en Primera, que arrancan con esa ilusión y a los que les pesa esa exigencia y esa demanda. La competencia te va dando los tiempos, te va marcando las pautas, hay que saber transitar por las adversidades, siempre hay que moverse por algún tipo de crisis o por los momentos de alegrías. La categoría nos va a demandar estar equilibrados y centrados en el presente, en qué toca hoy.
¿Qué percibe cuando camina por la calle?
Es inevitable que los chicos que viven en la ciudad y van al súper lo primero que digan es “vamos a volver”. Eso va generando un cúmulo de ansiedad y la energía del ambiente, pero para eso están los profesionales y las conversaciones, para eso también existen los espacios de expresión y de poder compartir todo el tiempo. Compartir lo que nos van a demandar y también lo que podemos dar, que me parece que ahí está la clave.
Beccacece llegó rodeado de críticas, en un clima muy hostil, a las puertas del descenso y como una firme apuesta de la propiedad. Ahora se ha ganado el respeto más que por lo conseguido, por lo realizado. ¿Cómo se siente?
Eso que vos decís, a mí me genera una sensación linda porque hoy el ser valorado o el ser respetado es algo complejo, sobre todo en mi cargo, porque el entrenador, en definitiva, sólo sirve si gana. Somos parte de un sistema ‘exitista’ donde si vences es como que tienes otra validez.
¿Qué se ha encontrado en Elche?
A una ciudad muy trabajadora, muy de perfil bajo, discreta, humilde y con un gran sentido de pertenencia a su escudo y que demanda lo que da. Ellos te ofrecen apoyo y cariño, y te demandan compromiso. Y yo siento que ahí es donde he encajado, en el compromiso, porque he sido formado así. Yo no sé comprometerme a medias, sino al máximo. Después, las cosas pueden salir o no, pero de mis padres heredé compromiso, dedicación, amor y esfuerzo; también de mi barrio y de mi ciudad. Por eso he conectado con la gente y, sobre todo, con este grupo de futbolistas. Desde el primer día he sentido este recibimiento que valoro. La gratitud también me parece un valor importante. Y cuando uno está en un lugar en el que no tiene que forzar a darse para ser reconocido, porque es la esencia de uno, pueden pasar cosas buenas. Pero también soy muy consciente de que esto solamente se va a sostener a través de las victorias, porque es el sistema que existe.
Ya le ocurrió a Christian Bragarnik, que de ser encumbrado pasó a ser criticado duramente por el descenso…
Exactamente. Y también tomo parte de eso y sé que es así. Pero nadie me va a quitar el cariño que recibo cuando salgo a la calle. Sobre todo, de los jóvenes y de los niños. En Elche percibo mucha espontaneidad y naturalidad, hay mucho de genuino, y eso me conmueve.
En Defensa y Justicia decía que no eran ni el Real Madrid ni el Barça y que para armar una plantilla tenían que apelar a la coherencia y a la creatividad, acompañando a los propietarios en la construcción del equipo. ¿Hasta qué punto está siendo partícipe en la planificación? ¿Está al día de las negociaciones?
Sí, porque también tengo una muy buena relación con Sergio (Mantecón), a quien respeto, admiro y quiero mucho, porque realmente me parece una persona con un sentido común increíble, con un grado de apreciación muy preciso, con sus intervenciones también certeras de cuándo opinar, de cuándo hablar, de cuándo callar. También con un sentido de identificación a la hora del juego, creo que me ha comprendido muy bien las necesidades que tengo. Con Christian es cierto que ya trabajo desde hace siete años y hay una creencia conjunta y colectiva de poder desarrollar algo lindo juntos. Y sí, comparto esto de que hay que usar el ingenio porque también hay un límite. La gente piensa que por bajar de Primera tenemos un gran presupuesto y no es así porque también arrastramos mucho de la plantilla que se mantiene.
¿En qué puesto estaría el Elche en el ranking presupuestario?
Eso es mejor que lo expliquen los dirigentes. El Elche también tiene un límite porque los jugadores que posee cubren un cupo importante de ese dinero a gastar. Desconozco con respecto al resto, pero sí sé que no es como la gente piensa o imagina. Y esto no es por jugar a favor de Sergio (Mantecón) o de Christian (Bragarnik), es porque me lo han mostrado y han tenido la confianza de hacerlo. Por eso digo que sé que trabajan todo el día para armar un Elche competitivo y que nosotros estamos muy alineados en esto que manifiesto, porque el entrenador tiene que ser parte de la armadura del equipo. O sea, la suma es dirección deportiva, entrenador y propiedad. Y yo añadiría a la gente. Cuando uno logra unir esos cuatro condimentos, lo que se habla siempre de las cuatro patas, me parece que no hay secreto. Pero, a veces, unir todo eso cuesta mucho. Cuando uno encuentra buena gente es más sencillo. Yo tuve en eso fortuna de saber que en el Elche he encontrado en Mantecón esa calidad humana; y en Christian, su capacidad profesional y su valoración al trabajo que hacemos. Y creo en la conexión con la gente. Tengo aspiraciones concretas y reales de hacer un Elche entre todos y para todos.
Christian Bragarnik se mantiene alejado del foco. ¿Cómo le ha visto en sus últimas reuniones?
No siempre nos vemos. Es un trabajador constante, con un grado de obsesión a lo que hace y a la responsabilidad. Es una persona que tiene una capacidad mental para estar en varios tiempos a la vez, en varios espacios. En diferentes países al mismo tiempo, como en un universo paralelo. Parece que hay varios Christian. Él tiene esa capacidad y la pone al servicio de lo que cree. En este caso, de una institución como el Elche CF. Pero todo eso me parece una gran virtud porque es un profesional, un trabajador que no descansa. Una persona que siempre cuenta con el gen competitivo de armar cosas. Por encima de todo, yo lo que más valoro de él es que, a pesar de todo lo que tiene que ver con las urgencias, con el ganar y con el subir o campeonar, tiene un cierto grado de gusto hacia los estilos, las formas y las maneras. Eso nos une. Él lo que quiere es sentarse en el palco, contagiarse y emocionarse con lo que le ofrecen los futbolistas y que la gente que está ahí también se sienta representada. Tiene un gusto a las formas y a la manera. Y eso a mí me gusta porque no solamente quiere ganar, sino que también le gusta que sus equipos protagonicen.
Tras el descenso, ¿se puede decir que Bragarnik es un león herido?
No, no le veo herido, le veo convencido. Convencido de lo que hace, de lo que quiere. Siempre está diseñando, planificando, creando. Eso es lo que me dice mi experiencia. Defensa y Justicia era un espacio muy pequeño cuando llegamos. Y hoy es un club modelo, va a inaugurar un predio para inferiores de 70 millones de dólares. Y todo eso se hizo con mucho amor, con mucho esfuerzo; con resultados también, pero se hizo desde la unidad. Y yo creo que también es replicable acá. De hecho, ya ha mejorado las instalaciones, la sala de comedores, los vestuarios, dónde se desayuna. Ahora está la posibilidad de construir la ciudad deportiva, que es muy necesaria. Christian ha mejorado lo que tiene que ver con el día a día, y hay muchas cosas más que seguramente tendrá que hacer, porque esto no se monta de la noche a la mañana; este proceso de Defensa y Justicia llevó, a lo mejor, 15 años. Las cosas llevan su tiempo.
O sea, lo que dice Beccacece de la búsqueda de la mejora infinita…
Sí, es la mejora y la búsqueda constante de saber que cuando uno encuentra una cosa, quiere otra. Y nunca está contento con lo que tiene. Y si se genera en algún punto ese grado de insatisfacción constante es porque uno siempre está queriendo mejorar. Y eso nos une, aunque también tengo claro que es el propietario y que si las cosas no salen, la relación de profesión que tenemos, también fuera del campo, las cosas están muy claras. En definitiva, esto también es resultado y hay que conseguirlo.
¿Cuántos jugadores más tiene que fichar el Elche?
Mínimo, cinco. Creo que mínimo eso para tratar después de estar abiertos a algo más.
Cinco, contando con que no se fuese nadie…
Sí, por eso. Un mínimo de cinco y después, a partir de ahí, siempre tener esta ventana abierta de lo que hablamos. No me gusta la palabra especulación, pero creo que la va a usar la mayoría de agentes y jugadores, sobre todo en el final de mercado. Por eso, siempre debemos tener algo ahí abierto para poder ejecutar y realizar lo que sea conveniente llegada esa fecha.
¿Y qué posiciones son prioritarias a reforzar?
No desvelo ningún secreto: un lateral derecho, un pivote, un central, algún extremo y volantes. Sólo hay que ver lo que se ha ido y lo que debemos cubrir. Se puede caer rápidamente en la cuenta porque se marcharon Palacios, pasó lo de John, se fue Gerard, se fue Randy, se fue Omar… y, más o menos, uno ya tiene una referencia de dónde necesitamos hoy, más que nada con prioridad.
La delantera está a expensas de lo que pase con las ventas de Boyé o Ponce…
De momento, hoy están. Hoy, les tenemos. Mientras estén, uno se siente contento y satisfecho. Ponce es importante también, como también ha venido Mourad con muchas ganas. Como Pere, que siempre nos genera con su alegría, su entusiasmo y su generosidad la posibilidad de armar ese colectivo que queremos, fuerte y unido, dentro y fuera del campo. Quizá sea demasiado optimista, no sé si por naturaleza o porque me siento muy bien en el día a día, pero creo en los chicos y creo que vamos a hacer cosas lindas.
Se habló el año pasado del central Adonis Frías. ¿Contemplan esa opción?
Adonis es un jugador al que yo tuve en Defensa y Justicia. Es un gran jugador, un buen central. Ha salido campeón ahora en León, en México; viene haciendo las cosas muy bien. No lo veo inicialmente como una posibilidad concreta, porque creo que tiene otras cosas, otro mercado. Es un jugador valioso. En este mercado no se ha hablado de él.
Con los chicos que han regresado, José Salinas y Mourad, ¿está satisfecho con su nivel?
Sí, estoy satisfecho con ellos. Estoy contento por cómo están trabajando y comportándose.
¿Contento o muy contento?
No, estoy muy contento por la humildad que tienen para trabajar y esa flexibilidad de Salinas que decía antes para jugar de tercer central, de lateral. Él salió de Elche y tuvo una experiencia muy linda en el Mirandés. Ha regresado con mucha confianza a insertarse en un plantel que ya estaba formado y en el que muchos se conocían. Mou se puso más fino, ha bajado el peso y los pliegues; está haciendo desplazamientos interesantes y ha tenido la posibilidad de convertir un gol. Siempre son opciones. Es importante que estén.
Usted siempre ha hablado de la importancia del grupo por encima de todo…
Sí, por eso son necesarios para mí, porque para mí no solamente el futbolista que juega es importante. El gran desafío que tiene el entrenador es que todos se sientan importantes más allá de protagonizar más o menos y que se puedan reconocer su parte de mérito. Yo les digo: “Vos sos parte de esto, no porque jugás menos no sos parte”. Y muchas veces el jugador siente eso, que si no juega no es parte. Y por eso a mí me gusta integrar, incluir, hacerles partícipes, porque también aprendí que para subir, para competir, para campeonar o para convivir, diez u once futbolistas no son suficientes. Necesitamos que todos estén involucrados en cuerpo, mente y alma con la institución, que quieran el lugar, que quieran al compañero, que les guste ir a entrenarse.
Cuando un futbolista deja el placer de jugar por la obligación de ganar, merma mucho su capacidad de creatividad y, por ende, su rendimiento”
¿Y siempre es posible?
Eso cuesta porque todos quieren competir y cuando el profesional no lo hace, no se siente querido. Y uno le puede explicar un montón de cosas, pero él no se va a sentir querido. Y ahí es donde yo trabajo mucho con el que no juega, con mi cuerpo técnico, porque le manifiesto no solamente el afecto, el cariño y la importancia que le damos al día a día, sino que también que sepan sacar al máximo la experiencia que le toca, porque es lo que le demanda en el momento, que ahí hay algo que tienen que aprender. Y ese es el trabajo que hacemos día a día con ellos.
¿Hasta cuándo pueden esperar a Fran Pérez?
El club ha hecho todo lo que tenía que hacer. Se habían puesto de acuerdo en números y todo, y ahora ya está en manos de lo que haga el Valencia, más que el Elche. En cuanto a la espera, uno podría poner una fecha en el mercado, pero la verdad es que iremos viendo que surge en el medio, no hay que atarse a nada ni a nadie. Lo más conveniente para Elche es ver si en el menor tiempo posible pueden llegar los jugadores. Yo creo que lo va a ir demandando el día a día. Hay que confiar en lo que decía, en la dirección deportiva, en comunidad con Christian, que están haciendo un gran trabajo para gestionar los tiempos y traer lo mejor que se puede al Elche dentro de las posibilidades existentes.
¿Le suena mucho el teléfono desde Argentina para traer a jugadores que usted tuvo en equipos anteriores?
Eso lo hablo todo con Sergio (Mantecón). Estamos muy alineados, colaborando constantemente. Esto es día a día. Cuanto antes vengan es mejor, pero tampoco hay que caer en la urgencia. No hay que caer en la urgencia porque, a veces, la urgencia te lleva a lo que decía antes, al apuro y a la ansiedad. Tomar atajos, en ocasiones, te puede hacer perder un poquito los tiempos y, con los años, uno entendió que ese no es el camino. Como decía Platón: el ideal es una cosa y la realidad es otra. Trato de ir conviviendo con eso, aunque también tengo mis contradicciones, pero elijo confiar, elijo creer y elijo seguir soñando, pero desde un espacio de trabajo, no soñando sentado. Sueño mientras construyo cosas.
Para el 12 de agosto, ¿tendrá una plantilla hecha o habrá que apretar los dientes durante esas dos o tres primeras jornadas hasta que se cierre el mercado y la plantilla?
Puede ser, pero creo que con lo que pongamos en el campo vamos a competir y la gente se va a sentir representada; para eso estamos trabajando. Y es posible que la conformación se vaya definiendo en el desarrollo de la competencia, que no es lo ideal, pero creo que muchos equipos van a ir por ahí. Así que uno también ya va preparando el territorio, la cabeza y el contexto para que si eso acontece, tengamos mucha convicción, mucha decisión. En que cuando las cosas lleguen a la hora de la verdad, estar muy, pero muy preparados. El 12 de agosto es una fecha para celebrar en Elche. La ciudad merece una alegría ese día, con una fiesta, con unidad. Así que vamos a transitar por ese camino.
De las críticas que recibió cuando llegó, ¿le dolió algo especialmente?
No, yo la verdad es que trato de no ir mucho por las redes.
Pero tiene una familia y dos hijas que ya están en edad de leer cosas en internet…
Sí, es cierto. Hablamos mucho con ellas. Ahora están en Elche, con mi señora, disfrutando de la ciudad, del espacio y del lugar. Están muy a gusto. Siempre duelen las ofensas, pero hay que saber interpretarlas porque, a veces, son en un momento de calentura y quien te lo dice tampoco te conoce. Por ahí me preocuparía o me dolería más el tema si mis hijas o mi entorno dijera algo feo de mí. Generalmente, la gente que uno no conoce se lleva sensaciones por lo que puede percibir o por lo que le pueden contar, muchas veces influenciado por un resultado adverso. Entonces, lo tomo como parte del juego. Pero también me quedo con la parte bonita, que tu hijo pueda ver una conferencia o leer una entrevista y quedarse con el concepto de un valor de los que queremos trasmitir. Prefiero pensar en el cariño que percibo cuando salgo a cenar, a almorzar o a caminar. Uno tiene que elegir de qué se va a alimentar. Y si bien es cierto que hay una tendencia humana a que aquello que hace daño es como que tiene una atracción, porque a uno le queda ahí dentro dando vueltas, uno debe aprender a alimentarse también de las cosas buenas. Y, en ese sentido, trato de quedarme con eso: con el afecto, el cariño, el respeto de lo que un aficionado se lleva después de cada encuentro.
Míster, he leído que le gusta el ajedrez.
Me gusta jugar, pero no soy un loco. No soy un gran jugador porque nunca tengo un plan cuando me siento delante del tablero, sino que voy improvisando a lo largo de la partida. Me cuesta mucho concentrarme o quedarme quieto… Pero la verdad que es un juego que te atrapa porque el objetivo, todo el tiempo, es adelantarte a lo que va a suceder y al entrenador eso le genera algo de adrenalina, de saber o tratar de conocer qué es lo que está pensando el otro, qué puedes hacer para atacar, qué puedes hacer para reutilizar o para defender. Es un juego lindo.
Ya se le ve en el área técnica, nunca para de andar…
Sí (risas). En Argentina hicieron un vídeo con mucho ingenio y muy gracioso. No sé estar quieto. Es mi forma de ser.
Dejando a un lado los peones, ¿quiénes son las piezas más importantes del nuevo Elche?
A ver, yo no soy un experto y capaz que digo una burrada, pero considero que los peones son fundamentales porque no solamente están en primera línea, sino que son los primeros que salen y se sacrifican por sus piezas más importantes. A mí me cuesta esto de las jerarquías. En el juego, yo represento a un equipo. La gente ve al que anota un gol o juega la pelota, pero qué valioso es hacerse a un lado para generar espacio, sin tocar el balón, para que otro compañero marque o entre por el centro. Entonces muchas veces hay que estar dispuesto y tener la grandeza para bajar y decir, “bueno, hoy tengo que hacer de peón”. Y quien alguna vez hizo de alfil, en un momento dado le toca hacer esa función y poder jugar a eso. La meta es que todos estemos dispuestos a hacer de lo que sea necesario, eso sería muy lindo. Ahí es donde tenemos que apuntar, a que en nuestro tablero no haya una estrella, a que el rey y la reina sean el equipo. Y que todos estemos al servicio de eso. Eso estaría bueno.
No hay que caer en la urgencia porque te lleva al apuro y a la ansiedad; Tomar atajos, en ocasiones, te puede hacer perder los tiempos y ese no es el camino”
¿Es cierto que tuvo opciones de irse este verano?
He tenido otras posibilidades, pero nunca he dudado.
¿De Argentina?
De Argentina, de Europa, de México, pero la verdad es que Christian (Bragarnik) sabe muy bien, porque también trabaja conmigo, que tiene la obligación de contarme lo que le llega, pero él es consciente de que cuando yo estoy con un trabajo o con un compromiso, no hay posibilidad de que, salvo que las cosas no salgan y me tenga que ir, de que yo renuncie. Quiero trabajar con mi cuerpo técnico y con los futbolistas para dar el máximo. Voy a intentar disfrutar dentro de cada cosa que pueda, de cada detalle, de cada día en este espacio muy lindo que tenemos. Y el compromiso está garantizado porque es nuestra esencia. Soy una persona agradecida y voy a trabajar para esa ambición concreta y real que es la de intentar entre todos devolver al Elche donde se merece.
Por último, a los 15.000 abonados, ¿qué les pide?
Creo que vamos a conseguir más abonados aún. A la afición yo no le puedo ni exigir ni pedir. Sí agradecer. Y sí le puedo contar o transmitir lo que yo siento, que es lo que aquí estoy contando. Esto es largo y no se define nada en las primeras fechas, aunque siempre es lindo arrancar bien. Siempre vamos a buscar la victoria y si el equipo le ofrece lo que le terminó dando, vamos a recibir el apoyo de la gente. Esta es una afición que valora el compromiso. He leído y he hablado con familias, con aficionados, con empresarios... y todos me han contado que Elche ha sido formada a través del trabajo. Esa es la esencia de los abuelos, de los padres, trabajar de lunes a sábado y el domingo, que era el día de descanso, ir al estadio. Es algo cultural. Lo fui captando y lo fui recibiendo de ahí. Y la grada va a querer un equipo trabajador, lo mismo que le dieron sus abuelos y sus papás, como a mis hermanos y a mí me lo dieron mis viejos. Garantizo que va a haber un equipo que trabaje para eso, para el colectivo. La afición se va a sentir representada y sé que nos va a apoyar. Y, obviamente, si es con victorias, eso va a generar un estímulo y un entusiasmo superior. Vamos a trabajar para eso.