En la última década, ser campeón de invierno es sinónimo de subir

El campeonato de invierno que el Leganés se garantizó virtualmente ayer tras la derrota del Valladolid ante el Villarreal B (1-0) lleva aparejadas esperanzas de ascenso que la matemática corrobora. Al menos en la última década. Desde hace 10 años, desde la campaña 2013-2014, todos los equipos que finalizaron en primera posición al final de la primera vuelta en la categoría de plata lograron, al final del curso, subir a Primera División.

Y todos menos uno lo hicieron por la vía directa de acabar en alguna de las dos primeras posiciones. La excepción a la norma la puso Las Palmas, que en la temporada 2014-2015 acabó la mitad inicial del campeonato en lo más alto (43 puntos, dos más de los máximos que podría sumar el Leganés si vence mañana al Tenerife), pero que acabó el curso en cuarta posición. Aun así, el equipo amarillo tumbó a Valladolid y Zaragoza en los playoff de ascenso y cumplió con esta norma no escrita que dice que los campeones de invierno suben casi siempre a Primera.

De este cálculo, además, se extrae como conclusión que el Leganés, si se repite esta tendencia, también tendría altas opciones de terminar el curso ganando el campeonato de Segunda, toda vez que de esos 10 campeones de invierno el 40% también repitió a final de temporada.

Una tendencia especialmente repetida en las últimas tres temporadas, en las que sólo Las Palmas (de nuevo Las Palmas) fue campeón de invierno, pero ascendió como segundo clasificado. Almería (2022) y Espanyol (2021) repitieron en los dos cursos precedentes primera posición al terminar la primera y la segunda vuelta.

Prudencia en Butarque

Pese a este subidón de optimismo que supone la estadística, en Butarque se sigue aferrados a un discurso de prudencia que invita, primero, a cerrar el objetivo primario de la temporada, que es el de conseguir los 50 puntos para la salvación y, después, centrarse en cotas mayores, pero siempre sin lanzar campana alguna al vuelo.

Un mensaje calmado que también se basa en la rara situación deportiva que atraviesa el equipo, líder por nueve jornadas consecutivas (serán once tras el partido el miércoles), pero que encadena cinco sin ganar y que, además, ha visto como las lesiones lo han dejado sin sus referentes en ataque: Miguel de la Fuente y Dani Raba.

Además, en enero el equipo perderá a Neyou y Cissé por la Copa África. Una situación que invita a pensar en la necesidad de fichajes, pero que la propiedad ve con reticencia por el esfuerzo económico que supondría.

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