El Zaragoza de Gabi no funciona

El Real Zaragoza acudió al Alfonso Murube en busca de su primera victoria y con una necesidad creciente y regresa a casa con una nueva derrota, la tercera en seis jornadas, y señales muy serias de alarma. Sencillamente, el equipo de Gabi no funciona. Ni juega bonito, ni es eficaz, ni le gana a nadie. Una mezcla explosiva que le mantiene anclado por deméritos propios en posición de descenso. Todo lo contrario que el Ceuta, un conjunto animoso y resuelto, que ya le ha cogido el aire a la categoría y que ha sumado siete de los últimos nueve puntos en juego. Adrián Rodríguez sostuvo al equipo aragonés en la primera mitad, donde el Ceuta dominó todos los aspectos del fútbol, y aunque el equipo de Gabi mejoró algo tras el descanso, recibió un gol y ya careció de respuesta. La situación es bastante más grave de lo que parece, porque falta un plan y falta autocrítica.

Almenara y Diego González fueron las dos novedades en el once del sancionado JJR, mientras Gabi presentó una alineación con hasta cuatro cambios, tres de ellos en defensa: Juan Sebastián, Radovanovic, Tasende y Keidi Bare relevaron a Francho, Insua, Pomares y Raúl Guti, que, con molestias en la rótula de su rodilla derecha, la operada, ni viajó a Ceuta. Bazdar, para no perder la costumbre, se quedó en el banquillo.

Después del clásico forcejeo inicial, con los dos equipos intentando acomodarse e imponer su estilo, el Ceuta se fue soltando y creciendo, y el Zaragoza pasó por momentos de verdadera zozobra. Su juego volvió a ser horizontal, impreciso y sin intención ni amenaza, mientras Koné, un puñal por la banda izquierda, resultó un verdadero suplicio para Juan Sebastián y comprometió a toda la zaga del equipo aragonés, al que sostuvo con sus paradas Adrián Rodríguez. El portero, providencial, conjuró primero un remate de Kuki Zalazar, en una jugada que acabó en un cañonazo a bocajarro del lateral Almenara al larguero, y después mandó a córner un tiro esquinado de Koné. Dos acciones clarísimas de gol de un Ceuta superior y con las ideas claras, mientras todo el peligro del Zaragoza en la primera parte fue una falta sobre Dani Gómez en el mismo límite del área, que mandó por encima del larguero Sebas Moyano y, sobre todo, un disparo cruzado de Keidi Bare que salió rozando un poste al filo del descanso. Un bagaje escaso para un Real Zaragoza plano, que no definió su plan de partido y donde sus extremos, Paulino y Sebas Moyano, no pasaron de la insinuación y no se impusieron nunca a sus pares. Kenan Kodro, por su parte, tuvo una matinal de completa ausencia.

Gabi sustituyó en el intermedio a un Juan Sebastián con una tarjeta y muy expuesto ante Koné, pero al que no le ayudó nadie. Y entre la entrada de Francho y un cambio general de propuesta y de brío, el Zaragoza logró equilibrar el encuentro y, durante su mejor pasaje de juego, estuvo a punto de adelantarse en el marcador en una jugada personal de Sebas Moyano ante Guille Vallejo.

Pero el que golpeó primero fue el Ceuta, al aprovecharse Marcos de una mala decisión de Saidu y batir a Adrián Rodríguez en el minuto 67 con un disparo ajustado desde fuera del área. Todo un golazo imparable del ariete caballa, que está en plan racha realizadora. Minutos antes del 1-0, Gabi ya había relevado a Dani Gómez y a Kenan Kodro por Bazdar y Pau Sans, el único que dio sensación de peligro, y, ya a contrarreloj, se jugaría la baza de Valery en un intento desesperado y baldío por igualar el duelo, porque, sencillamente, el Zaragoza no está para ganarle a nadie. Ya ha perdido con tres recién ascendidos, no ofrece ninguna mejoría -diga lo que diga su entrenador- y las alarmas ya han comenzado a sonar con intensidad.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí