El Zaragoza, a dar un tercer paso ante un Leganés en crisis

No hay dos sin tres. O al menos eso es a lo aspira el Real Zaragoza frente a un Leganés en horas muy bajas, después de haberse agarrado a la vida con sus victorias consecutivas frente al Huesca y el Éibar (sigue el partido en directo en AS.com). Rubén Sellés ha resucitado a un equipo que parecía condenado a un dramático descenso a Primera RFEF y el objetivo ahora es ir remontando posiciones jornada a jornada, porque todavía es último y a cinco puntos de la salvación. Así que, en el mejor de los casos, queda por delante una escalada larguísima, aunque el número de creyentes no deja de crecer, todo lo contrario que lo que sucede en su visitante, inmerso en su mayor fractura social en años y con su entrenador Paco López en el alambre, pese al respaldo público de su presidente.

El reto, pues, del Zaragoza es enlazar ante un Leganés muy peligroso fuera de Butarque un tercer triunfo seguido, algo que no consigue desde el mes de septiembre de 2023, cuando firmó cinco, una pequeña gesta que al final sólo le sirvió para poder mantener la categoría con apuros.

El Zaragoza recupera de golpe a Radovanovic, Tachi y Akouokou, aunque sólo el primero apunta a titular y por la ausencia obligada por sanción de Saidu. El equipo aragonés empieza a ser reconocible, con señas de identidad claras, y Sellés, que ha dejado fuera de la convocatoria por decisión técnica a Bazdar y Dani Gómez, mantendrá su once base ante el Leganés. Se esperaba también la vuelta de Cuenca, restablecido de su rotura fibrilar en un isquio, pero Sellés ha optado por no forzarle pensando en el encuentro de Copa del jueves frente al Burgos.

Por su parte, a Mr. Hyde le toca dejar su espacio a Jekill, que para los que no se conozcan la novela de Robert Louis Steveson, era el bueno de esta historia sobre la bipolaridad. Eso es el Leganés. Dos equipos en uno. Desastroso, nervioso y perdido en su hogar. Excelso allende Butarque. Es el quinto mejor visitante de la categoría. “No le encuentro explicación”, se excusaba esta semana su presidente, Jeff Luhnow. En el vestuario, sí. Butarque es ahora un potro de tortura. El exceso de exigencia lastra las piernas de una plantilla competente, pero quizá no para el objetivo del ascenso obligatorio que fijó el club. Resultado: una crisis que deja a los pepineros, el mayor límite salarial de la categoría, en tierra de nadie, lejos de la zona noble y con miedo de caer al pozo en el que pelea su rival hoy. Despropósito al que se une la tensión entre parroquia y palco. Cuidado.

Al menos Paco López se sabe protegido. Eso dice Luhnow. “No creemos que echarle cambiaría nada”, ha insistido. Voto de confianza que el técnico agradece, aunque admite que estos días se centra más en su trabajo, que en seguir quién dice qué en los medios. Bastante tiene con resolver el boquete de una defensa que, para este partido, pierde de golpe dos puntales: Rubén Peña y Lalo. Sin apenas efectivos en la retaguardia después de un mercado que se centró más en otras posiciones, López ha tenido que llamar a los canteranos Said y Gueye. Apunta a que Figueredo e Ignasi Miquel serán las novedades en lugar de los ausentes.

También podría entrar Miguel de la Fuente en punta para amargarle la tarde a Txema Indias, valedor de su fichaje por los pepineros. Todavía media plantilla blanquiazul (la mayoría de sus puntales) fueron incorporaciones del actual directivo deportivo del Real Zaragoza, arquitecto de la mejor década blanquiazul en su historia, con dos ascensos a Primera. Despedido de malas formas el curso pasado, será su primera vez frente al Lega en una década. Pablo Insua, héroe del primer ascenso a Primera de los madrileños (su gol al Mirandés logró la gesta) también despierta nostalgias blanquiazules. Unos 60 hinchas del Leganés estarán en el Ibercaja Estadio, aunque no se han vendido entradas para visitantes.

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