El Villarreal B festeja y deprime a Las Palmas

Las Palmas acaba de meterse un tiro en el pie. El gol de Sandro le daba todo lo que necesitaba: liderato y, por tanto, dependencia de sí misma para subir a Primera. En la primera parte hizo todo lo que pudo, como esos dos tiros al palo de Pejiño, para mantenerse en el liderato, posición que le ‘regaló’ al Granada tras un triste segundo tiempo en el que miedo a tirar por la borda el trabajo de casi un año echó al traste una victoria que nunca debió dejar escapar. Ahora tiene que mirar también lo que haga el Levante, entre otros, que mañana juega contra el Ibiza. Una vez más, los de García Pimienta se vinieron abajo con todo a favor.

Por su parte, el Villarreal B confirma que se queda en Segunda una temporada más. Tras haber pasado por el Estadio de Gran Canaria sin pena ni gloria, el gol de Mbacke cuando el partido agonizaba le permite confirmar su presencia, una temporada más, en Segunda División, éxito supremo de una de las canteras más potentes del futbol patrio.

Con la fogosidad propia de un rival contestón, el Villarreal B comenzó achuchando a Las Palmas, metido además el equipo de Miguel Álvarez en otra pelea de impresión, aquella que le obliga a luchar por eludir el descenso. Sin embargo, como queriendo que se confiara la muchachada visitante, muy pronto comenzó Las Palmas a dar dentelladas a la portería contraria. Especialmente por parte de Pejiño, que en apenas cinco minutos mandó dos balones a los postes de Iker Álvarez, quien perdía tiempo ya desde el alba del partido, actitud extraña salvo que fuera una orden impuesta.

Encimaba poco a poco la UD a un sobrepasado Villarreal, mas no se libró del tremendo susto que le dio Fer Niño, a quien se le anuló un gol por fuera de juego. Unos minutos después le sucedió lo mismo a Sandro, mas el delantero grancanario sí tuvo un final feliz. Antes de que el VAR corroborara el 1-0, el 9 de Las Palmas se aprovechó de un largo control de Lemos para fusilar a Álvarez desde el pico del área chica. Conclusión: balón a la escuadra derecha y rugir al unísono, por dos veces, de las 28.482 gargantas que poblaban las gradas del Estadio de Gran Canaria

Parecía tener controlada la situación Las Palmas antes del descanso, pero un cabezazo de Leal al palo hizo saltar las alarmas. El 1-0 le valía al equipo grancanario para apuntalar su liderato a la llegada de un descanso tan bien recibido por unos y otros.

Entrada en bajada.

Las Palmas entró, después del receso, en una inexplicable bajada. Parecía conformarse con el 1-0, tan atenazados sus futbolistas teniéndolo todo tan de cara. También, claro, había perfume de tensión, de no saber jugar con el marcador a favor por mucho interés que pusieran en ello. Poco a poco se iba dejando notar más el Villarreal B, pero fue de nuevo Sandro el que alteró el pulso de la afición local cuando falló un 1x1 contra Álvarez, que sin apenas esfuerzo cercenó una clarísima ocasión de gol amarilla.

Más allá del puñal que siempre representa Marvin, los cambios de Pimienta, como el de Clemente por el desacertado Pejiño, parecían orientados a conservar un 1-0 que no se mantuvo. Así, Mbacke metió la cabeza tras un centro de Millán. Ilógicamente solo, batió suavemente a Valles rematando desde el área pequeña, interviniendo de nuevo la tecnología para hacer efectivo, en este caso, el empate.

La locura de los últimos minutos no sirvió sino para confirmar una nueva decepción de Las Palmas, que inexplicablemente continúa segunda tras haber sumado apenas dos victorias en los últimos 11 partidos. Mientras, los jugadores del Villarreal B estallaron de alegría, tan contentos ellos, tras el pitido final. La permanencia lo vale. Y mucho.