El vestuario está con Paco López
La comunión entre el cambiador del Leganés y el entrenador (también a la inversa) se mantiene. El grupo valora la actitud cercana del técnico sin que eso sirva para mermar la autocrítica.
La crisis de inicio de temporada que atraviesa el Leganés, a sólo un punto del descenso (15 suma en total) después de haber encadenado dos derrotas seguidas ante Burgos (1-2) y Real Sociedad B (2-1) ha colocado en el foco de la presión a Paco López, entrenador de los madrileños. Desde el Leganés se transmite confianza hacia un técnico que, sin embargo, apunta a que se enfrentará a un plebiscito recurrente en cada una de las jornadas que dispute de ahora en adelante. Un escrutinio constante del que tendrá al grueso de la plantilla de su lado.
Los jugadores del Leganés transmiten confianza hacia su entrenador. Y no es una confianza de cartón piedra, como suele ocurrir en casos en los que se manifiesta apoyo a un preparador porque es lo que toca o porque no se quiere mandar al exterior los mensajes de desacuerdo que quizá mandan en el seno del equipo. Esta vez es diferente. Paco López se lo ha ganado. Su forma de gestionar el cambiador ha hecho que buena parte de los futbolistas estén contentos con el técnico, aun incluso en casos en los que no están teniendo los minutos esperados.
Con el jugador y la persona
Con Paco ese malestar se traduce en un anhelo por jugar más, pero sin estigmatizar al técnico, preparador cercano que tiene en el diálogo una de sus herramientas habituales. Con los titulares y con los suplentes. Con los que juegan y con los que no. Esa fórmula de ser un preparador preocupado y ocupado, además, de la vida de los jugadores le permite calar de forma diferente en un cambiador que lo apoya y respalda, más allá de la autocrítica lógica que hay en este tipo de escenarios, con un equipo -sobre el papel- llamado para cotas mayores que, sin embargo, no termina de despegar.
“Yo respeto al futbolista y a la persona. Y pedimos que lo hagan con nosotros. Nosotros exigimos mucho. Eso genera roce, conflictos… pero a mí no me duelen prendas si en ese trato me he equivocado con un jugador. Porque la persona está por encima del deportista. ¿Conflictos? Sí, pero nunca he tenido un problema personal con un jugador”, explicaba el preparador en una entrevista a AS a principios de temporada como uno de los mandamientos de su método de trabajo.
Contrastes
Los jugadores lo aprecian y eso también lo refuerza en los despachos, donde son conocedores de ese trato positivo. Es uno de los argumentos que también se empuñan estas semanas a la hora de defender (por ahora) la continuidad del técnico. Los jugadores corroboran esa cercanía como un elemento fundamental en la gestión del éxito, pero sobre todo, de la falta de oportunidades.
“El entrenador, Borja, no me dijo nada. Apenas hablaba con los jugadores. Ahora, con Paco López, he hablado en unas semanas más que con Borja en seis meses. Por eso estoy contento. Porque noto la confianza del entrenador. Eso es importante para cualquier jugador”, confesaba Duk a principios de temporada también en AS poniendo en valor el diálogo del valenciano frente a ejemplos recientes.
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Su testimonio no es el único que se repite en privado en un equipo que, con todo, es consciente de las necesidades del equipo, de las críticas que se deben hacer a los mecanismos globales de juego y a los errores individuales de un grupo que cuenta en la actitud del técnico un elemento a favor para corregir los resultados, más que un lastre que pueda limitarlos.
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