El VAR y Carlos Martínez regalan el triunfo al Andorra

Se acabó la racha. La mala para el Andorra, que vuelve a ganar dos partidos después, y la buena del Tenerife. Los blanquiazules se veían ya con la séptima jornada seguida sin caer, pero en el 90′ apareció el VAR para revisar un penalti de Kike Salas sobre Hector Hevel y hacerla añicos. Con la imagen fija, por televisión, el árbitro Moreno Aragón no dudó: pena máxima. Entonces Carlos Martínez tomó la responsabilidad, engañó a Soriano y firmó el 1-0 que dio los tres puntos a un bloque tricolor que sonríe y asalta la novena plaza de Segunda División. El enfado por parte del Tenerife fue notorio y es que, pese a la ausencia de objetivos clasificatorios, caer de penalti en el 90′ duele.

Fue un partido que se inició como de costumbre en el Estadi Nacional, con los de Eder Sarabia dominando la posesión del balón y obligando al rival a defender muy cerca de su área. Por ello, los tricolores no tardaron en crear peligro, aunque la ocasión más clara llegó en el 16′. Un centro de Petxa al segundo palo lo recogió Iván Gil que remató al palo. El Andorra, además de sobar el balón, sabe tirar de verticalidad y Germán Valera achuchó en más de una ocasión a Buñuel.

El Tenerife tenía clara la idea de defender, lo hizo a la perfección, y salir a la contra. Corredera y Larrea ejercieron la contención y el lateral zurdo Mellot y el extremo Waldo fueron los más incisivos. La velocidad fue clave para sacudir el duelo y a la media hora, Mellot se inventó una acción que no logró concretar Teto por un suspiro. Es cierto que Marc Vidal no tuvo que realizar ninguna parada, pero los de Ramis sí lograron crear sensación de peligro tras cada llegada.

Ya en la segunda mitad, los de Ramis aparecieron mejor e incluso marcaron el 0-1, en el 56′, gracias a Waldo. Pero fue un espejismo porque el colegiado lo anuló. Dio la sensación que fue por una falta del extremo sobre Àlex Valle, pero también pudo ser por un fuera de juego de Enric Gallego. No quedo claro, como se demostró en los gestos de los jugadores blanquiazules. Fue un mazazo para el Tenerife y un aviso para un Andorra que a partir de entonces se dispuso a dar un paso al frente. En el 67′, Germán hizo lucir a Soriano y los cambios sentaron mejor a los locales que a los visitantes. Aunque lo que decantó el duelo fue el penalti en el 90′.