El Racing pelea por Mikel Rico
El centrocampista vasco, de 37 años, quiere jugar una temporada más tras dejar el Huesca, en el que ha estado las tres últimas campañas
Una de las primeras llamadas que hizo el Racing nada más asegurar el ascenso fue a Mikel Rico, antes incluso de acabar la liga. Todavía no estaba en la casa Mikel Martija, el nuevo director deportivo, y Guillermo Fernández Romo y Manu Fajardo decidieron buscar la experiencia en Segunda del centrocampista vasco para apuntalar el proyecto del Racing 22/23. Mikel, nacido en Basauri hace 37 años, había decidido hace meses que no quería continuar en el Huesca, en el que ha jugado seis temporadas en tres épocas distintas, pero quiere seguir jugando al menos un año más en Segunda.
Pese a que el Racing no guarda un buen recuerdo de la apuesta por jugadores ultraveteranos que hizo Chuti Molina hace tres temporadas, en el último paso del club por LaLiga Smartbank, creen que el caso de Rico es diferente dado su gran potencial físico y creen que sus más de 600 partidos de profesional, más de 200 en Segunda, pueden ayudar a crecer al equipo. Mikel Rico es un centrocampista nato, doble pivote o escorado a la derecha, dependiendo del sistema que se utilice, y en El Sardinero piensan que a Íñigo, una de las apuestas para la próxima temporada, pero sin experiencia en la categoría, le podría venir muy bien jugar a su lado.
Mikel Rico empezó la temporada en el Huesca siendo titular, como en las dos campañas anteriores, lo cierto es que con la llegada de Xisco al banquillo el basauritarra dejó de tener presencia en el once inicial y desde que empezó 2022 ocupó plaza en el fondo del banquillo, lo que le llevó a decidir muy pronto que era hora de cambiar de aires. En cualquier caso, acabó el curso con 32 partidos jugados, la mitad desde el inicio, para un total de casi 1700 minutos de juego.
El Racing compite con el Cartagena a la hora de intentar convencer a Mikel, un futbolista al que le costó llegar al fútbol profesional. Pese a salir de la cantera del Baskonia, club convenido con el Athletic, los leones no se fijaron en él y tuvo que buscarse la vida en Segunda B, en el Conquense, Poli Ejido y Huesca, hasta que el equipo oscense le dio la posibilidad de debutar en Segunda con 25 años. Después vino el estreno en Primera con el Granada, a los 27, y, por fin, su sueño se hizo realidad con las seis temporadas que jugó en el Athletic en la máxima categoría, antes de regresar a Huesca.