El Racing de Ferrol con la mirada puesta en lo extradeportivo
Los ferrolanos tienen prácticamente asegurado el descenso matemático a Primera RFEF. Encima de la mesa están la ciudad deportiva y la misión de mantener el grueso de su masa social.
El Racing de Ferrol afronta el cercano descenso a Primera RFEF con la necesidad de dar un paso atrás para conseguir en el futuro dar varios hacia adelante. El club verde consiguió el ascenso a Segunda División hace dos temporadas con una primera campaña de notable, pero la actual está muy lejos de lo esperado en el rendimiento de su plantilla, sin poder completar la exigencia que demanda la categoría. Esto da razones a la institución para seguir creciendo más allá de lo que es el terreno de juego con la profesionalización del club en sus diferentes departamentos. En este frente abierto la ciudad deportiva es la joya de la corona en el proyecto del Grupo Élite.
La necesidad imperiosa de contar con un lugar de entrenamiento ya es no sólo para el primer equipo que será lo primero en abordar, sino para la propia evolución del club hacia un futuro de profesionalización, que le permita acercarse a los rivales con los que compite en el fútbol profesional. Mejorar también el día a día de la cantera con la creación de un filial, que sirva de maduración de futbolistas de base de cara a poder tener su oportunidad en el primer equipo será otro de los puntos importantes en el futuro de un Racing de Ferrol más férreo. En este sentido la primera piedra está puesta desde la pasada semana con la confirmación de compra de los terrenos de cara a la construcción de la ansiada ciudad deportiva.
Otro de los puntos con los que más brotes verdes han florecido alrededor del Racing de Ferrol es el crecimiento de su masa social. Las dos temporadas en las que el equipo luchó y consiguió el ascenso de Primera RFEF crearon una base de aficionados nunca antes vista en número a lo largo de la historia del conjunto ferrolano. El pasado verano cerraron su batallón de fieles con 9.360 abonados con los que el club tratará de construir su futuro.
Es evidente que la presente temporada con el equipo tan alejado de poder competir por sus objetivos es dañino a la hora de atraer aficionados al campo. La asistencia ha descendido notablemente con un inicio de temporada con más de 7.000 personas en A Malata, hasta superar en los últimos compromisos a duras penas frente a Burgos o Eibar la barrera de los 4.000. Lo cierto es que el poso germinado hace varias temporadas sigue estando presente, ya que a pesar de lo difícil que está siendo digerir la presente temporada, el pasado fin de semana más de 400 racinguistas estuvieron en Oviedo apoyando al equipo.
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La presente campaña entra en su penitencia final con 7 jornadas por delante y el descenso matemático está a la vuelta de la esquina para la escuadra gallega. A pesar de ello la reconstrucción con la intención de trazar un futuro más sólido, profesionalizado en todas sus vertientes y hambriento de éxitos, da al club y a su entorno la esperanza de que el proyecto tiene un camino marcado, en el que tiene todavía restan muchos kilómetros por recorrer.
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