El Racing de Ferrol añora un líder en el terreno de juego
El conjunto ferrolano echa en falta un futbolista con carácter, capacitado para asumir responsabilidades en el campo para tratar de salir de una situación adversa.
El Racing de Ferrol está siguiendo un camino con una dirección que cada día se oscurece más. El equipo no ha conseguido ganar en siete partidos, solo ha conseguido cosechar tres puntos y ni en ataque ni en defensa demuestra ser un bloque consistente. Las jornadas pasan y hasta la fecha los aficionados siguen a la espera de presenciar un equipo que de razones para creer en que es posible darle la vuelta a un rumbo que cada vez avanza un paso más hacia la nada. En estos momentos es cuando la presión aumenta, los balones queman y las responsabilidades para sacar adelante la situación, brillan por su ausencia en lo que verdaderamente dictamina los resultados en el mundo del fútbol, que es el terreno de juego.
La palabrería fuera del campo no sirve en una situación negativa cuando cada semana sigue repitiéndose la misma historia con fallos graves, ausentes en ataque, falta de intensidad en los duelos y sin capacidad para defender como equipo. El Racing de Ferrol ha pasado de recibir cuatro tantos en cinco jornadas a ser un juguete roto defensivo con siete en su contra en las dos últimas. Es un nivel de goles encajados insostenible, sobre todo para un equipo incapaz de mostrar colmillo en ataque con una producción ofensiva muy pobre, que lo lleva después de mes y medio de competición a ser el menor goleador de la categoría con solo cuatro dianas a favor.
En un momento tan convulso a nivel deportivo, el Racing de Ferrol sigue echando de menos un jugador que con personalidad y liderazgo sobre el terreno de juego consiga echarse el equipo a la espalda. Tras siete jornadas no ha aparecido ningún nombre que sobresalga del resto, que sea capaz de contagiar a la plantilla con su buena puesta en escena en las filas de un equipo completamente huérfano, que añora en el campo la existencia de una figura resolutiva con la capacidad de marcar un camino para salir de un pozo que parece no tener fondo. El pasado verano llegaron jugadores con renombre en la categoría como Luis Perea, Bebé o Manu Vallejo, que se han unido a los Josep Señé, Álvaro Giménez o Álex López, pero en ningún momento han sido capaces de mostrar todo el fútbol que llevan dentro, dejando al Racing de Ferrol siendo un habitual en los puestos de descenso desde la tercera jornada.
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