El primer refuerzo es mental

Tres lecturas arroja el 0-1 del Getafe, este sábado en Cornellà. La primera, y más evidente, es la eliminación copera. La segunda, que el histórico Espanyol vive horas tan bajas que debe conformarse con caer por la mínima ante los azulones para ser apeado de su torneo otrora fetiche. Y la tercera, y más pragmática, que al menos los pericos presentaron batalla, ofrecieron una imagen aguerrida y enmendaron el tristísimo despliegue de los últimos partidos de 2023, ante Andorra y Burgos.

Se puede aseverar que, en los primeros pasos de un mercado de fichajes tan necesario como incierto para el Espanyol, el primer refuerzo es mental. No se trata de un tema menor, ya que en la entidad consideran que, mucho más prioritarias aún que las incorporaciones se encuentra la recuperación anímica de una plantilla de garantías para conseguir el ascenso pero que se estaba mostrando especialmente endeble en ese apartado antes del pequeño parón navideño.

Se trata de una tarea que están tratando de enderezar tanto Luis Miguel Ramis, entrenador, como el director deportivo, Fran Garagarza, y para la que el club incluso contrató a inicios de temporada a una reputada psicóloga, Mar Rovira, encargada de encabezar el Departamento de rendimiento mental, de nueva creación el pasado octubre.

En ese camino, cuyo destino no puede ser otro que el ascenso directo tal como marca el único objetivo de este curso, partidos como el del Getafe fortalecen. No por el resultado, obviamente, pero sí por el convencimiento de que los mismos jugadores que venían de zozobrar ante el Burgos (3-3) antes de Navidad son capaces de plantar cara, e incluso superar en varias fases, al octavo clasificado de Primera. Y por mostrar algunas de las señas de identidad que intenta inculcarles el actual entrenador. “Si hemos de perder algún partido, que sean todos como hoy”, resumía perfectamente Joan García, el portero titular del Espanyol en la Copa del Rey.

“Hemos sido un equipo difícil, con personalidad, fuerte, que sabe lo que hace. En cuanto al partido estoy contento y en cuanto al resultado, lógicamente no”, abundaba Ramis, sabedor de las facetas que los suyos dominaron ante un hueso tan habitualmente duro de roer como el conjunto de José Bordalás. Precisamente salieron reforzados los pericos en intensidad, duelos, segundas jugadas, orden, distancias entre líneas e incluso agresividad ofensiva (4-2 en tiros a puerta) hasta, eso sí, el desajuste que desencadenó el gol fatal de Luis Milla.

Deparó incluso este encuentro de igual a igual el debut oficial de un canterano, Ian Forns, en su primera convocatoria con el primer equipo del Espanyol. “Llevo ocho años en este club y desde que llegué mi sueño era debutar con el primer equipo. El día ha llegado, lástima del resultado”, reflexionó en Espanyol TV el lateral zurdo, otra buena noticia en vistas a la segunda vuelta del campeonato liguero que se inicia la próxima semana.

En A Malata, el estadio de un Racing de Ferrol sorprendente y meritoriamente segundo, en esos puestos de ascenso directo que tiene el Espanyol como meta, se demostrará si ese refuerzo mental de invierno ha llegado realmente. La prueba se antoja durísima, pues los jugadores del experico Cristóbal Parralo no han perdido ni un solo encuentro en casa.

Pero no habrá excusas que valga para los de Ramis, obligados a ganar después de encadenar cuatro jornadas (y cinco encuentros oficiales, si se cuenta la Copa) sin conseguirlo. Desde el lejano 26 de noviembre ante el Alcorcón (2-0). Demasiado tiempo.

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