El Oviedo le enseña al Eibar el sabor de la derrota

Llegaba el Eibar al Tartiere sin conocer la derrota y tuvo que ser el Oviedo, el equipo que le apartó la temporada pasada del sueño del ascenso, el que le enseñara en este curso el sabor de perder. Lo hizo en un partido que, además, no admite discusión. Igualado el choque en el primer acto pero muy superiores los de Calleja después, con un Chaira que se convirtió en el dueño del partido. La victoria refuerza la candidatura del Oviedo tras un inicio con algunas dudas.

Oviedo y Eibar salieron dispuestos a mostrar sus cartas, presión alta y nada de reservas. Y aunque el juego se desarrolló más en el medio que en las áreas surgió un primer tiempo interesante, lleno de alternativas.

Los azules trataron de mover rápido y encontrar las alas, donde Chaira, en la derecha esta vez, estuvo de dulce. Para el Eibar todo sucedía a dos velocidades. Con la pelota pausa, pero cuando Bautista iniciaba la carrera, todo se aceleraba.

Había amagado el Oviedo con un par de llegadas cuando el Eibar pudo mandar a los azules a la lona. Nolaskain lanzó hacia Bautista, Costas trató de trabarle y este cayó. Pareció tocar el balón el gallego pero el colegiado, Sánchez López, señaló falta y roja. El VAR anuló la acción por un fuera de juego previo.

La jugada desconcertó al personal pero trató de volver a mandar el Oviedo hasta el descanso. Moyano probó desde lejos y no se quedó lejos de la escuadra.

Al partido le faltaba algún sobresalto que lo rompiera, algo que sucedió a los dos minutos de volver de la caseta. Chaira, que llevaba mucho tiempo opositando a mejor futbolista del partido, robó ante Matheus y corrió. Después, la puso con delicadeza. Alemao mejoró la acción con cabezazo pleno de potencia, marca de la casa.

Quiso responder al Eibar, al que no le quedó otra solución que salir de su zona de confort. Tuvo que meterle más ritmo al asunto. También se desprotegió más. Y ahí aprovechó el Oviedo para tratar de ahondar en la herida, con un Chaira inmenso.

Fuzato sostuvo a los visitantes con varias intervenciones de mérito ante Paulino (un derechazo y un cabezazo), Chaira (tapando un mano a mano) y Luengo (despeje a tiro lejano). El Oviedo merecía más, pero el fútbol, juego que se decide en las áreas, dejaba al Eibar con vida.

Y, pesar de esa oportunidad que le concedió su meta, no pudo el conjunto armero inquietar a Aarín ni discutir la victoria azul. La segunda amarilla a Arambarri fue el detalle que sepultó de forma definitiva al Eibar, que ha llegado a 6 citas sin derrota en la complicadísima Segunda División. Mérito de un gran Oviedo.