El Oviedo, el gran agitador del mercado en Segunda
Ha anunciado dos fichajes, tiene dos más cerrados y no se detiene: busca pivote, extremo y delantero
En el pasado mercado de invierno, el Oviedo anunció el fichaje de Víctor Camarasa a las 12.01. La inscripción entró sobre la bocina. Hace dos campañas, La Liga dio validez a la llegada de Gastón Brugman superadas las 2 de la mañana del último día de fichar. Un VAR improvisado del mercado. Ahora, el Oviedo ha olvidado los tensos desenlaces pasados y se ha propuesto actuar con celeridad. Tanto que se está convirtiendo en este inicio del mercado en uno de los grandes animadores del mismo.
Los azules han actuado con celeridad en los despachos para asegurarse cuatro fichajes hasta la fecha. Dos de ellos ya se han hecho oficiales: Sebas Moyano llega desde el Lugo para dar polivalencia y chispa; y Romario Ibarra, experimentado extremo ecuatoriano, es una apuesta del máximo accionista que llega cedido. Además., el club tiene atados a Álex Millán, delantero que llega del Villarreal para firmar un contrato de 2 temporadas más otra opciones, y a Leo Román, portero internacional sub-21 que cede el Mallorca para el próximo curso.
Por si no fuera poco, los radares siguen encendidos y el club insiste en la cesión de Raúl Moro, de la Lazio, además de buscar un pivote (gusta el argentino Colombatto) y no descarta más movimientos en la delantera. El club quiere cerrar todos los movimientos sin desembolsar un solo euro por traspasos.
La planificación deportiva tiene en el Oviedo, propiedad del Grupo Pachuca, una curiosa forma de proceder, muy “a la mexicana”. En Asturias, el que lleva las riendas de la dirección deportiva es Roberto Suárez, que fue futbolista azul en los 90 y que fue promocionado desde la secretaría técnica cuando se despidió a Tito Blanco. Pero en asuntos de fichajes también tiene mando el director general, Agustín Lleida, hombre de confianza del dueño que llegó hace menos de un año.
El escenario termina de dibujarse con Jesús Martínez, el jefe del asunto: dueño del Oviedo y muy activo en la toma de decisiones. Domina el mercado y tiene las cosas claras. El cerró la llegada de Romario y puso sobre la mesa otras opciones durante el verano. Aunque algunas no terminaron de cristalizar por no verlo claro los rectores deportivos en España. La opción de Colombatto también es una apuesta de Martínez.
A mayor complicación para el Oviedo es encajar todo el puzle en los estrechos márgenes del tope salarial. El año pasado fue de 10,2 millones de euros y el de la próxima será en principio más bajo. Por eso conviene vender algún efectivo: el ghanés Obeng está en el mercado por 500.000 euros.
Trabajo en las renovaciones
Pero no solo destaca el ojo clínico para fichar, también la previsión con la que se ha actuado desde los despachos. A lo largo de la temporada pasada, el Oviedo logró amarrar a los defensas Abel Bretones (renovado y ascendido al primer equipo hasta 2026) ya en octubre, a Dani Calvo hasta 2024 en febrero y a Lucas Ahijado, ya en abril, hasta 2025. También prolongó el vínculo de Javi Mier en febrero hasta 2025 y promocionó a Mángel hasta 2026, en una operación culminada en enero.
El último ejemplo ha sido el de David Costas. El vigués tenía contrato hasta 2024, pero el club no ha querido entrar en su último año de vinculación y, como en los casos anteriores, ha estado previsor. Ayer anunció que el zaguero prolonga su obligación con los azules hasta el 30 de junio de 2026.