EL PROTAGONISTA DE LA JORNADA

El otro superhéroe en El Molinón

Víctor Campuzano, autor del mejor gol al Oviedo, sigue superando adversidades y es el principal goleador del equipo en solo 49 minutos de juego.

PACO PAREDESAS

El pasado derbi asturiano elevó a las alturas la relación de Cote con la afición. El segundo gol del encuentro llegó con una enorme carga emocional por haberlo conseguido un futbolista de la casa, el capitán, el máximo representante de la cantera de Mareo en la actual plantilla del Sporting. Sin embargo, el partido de la máxima rivalidad tuvo para la afición rojiblanca otro superhéroe, que se ha ganado a pulso el respeto y el reconocimiento de la gran mayoría por todas las vicisitudes que ha pasado y que ha superado ofreciendo el mayor ejemplo de profesionalidad.

Víctor Campuzano acababa de ingresar en el terreno cuando entró por primera vez en contacto con el balón. Le ganó el duelo al gigante Dani Calvo --que, por cierto, reclamó falta en la acción--, pero el catalán se fue con el balón y encaró a David Costas hasta llevarle a la frontal del área donde soltó un zapatazo con la pierna izquierda que llevó el balón a la escuadra derecha de Aarón Escandell.

En otro tiempo, las gradas de El Molinón se hubiesen llenado de pañuelos al viento. Era la forma de celebrar antaño la excelencia de un gol (o de expresar el descontento con un arbitraje...). La reacción de muchos fue en esta ocasión llevarse las manos a la cabeza por el golazo que acababan de ver, obra de un futbolista que no había cumplido el minuto sobre el campo. Fue el tanto de la tranquilidad, que cerraba el duelo, que selló el sonado e histórico triunfo del Sporting sobre el Oviedo. Hacía dos décadas que el equipo gijonés no derrotaba al eterno rival por un resultado tan cómodo y casi 50 años desde la última vez que le endosaba tres goles.

Pero ese gol tiene un sentido más profundo por el jugador que lo consiguió. El Sporting ha logrado cinco goles en estos cuatro partidos y dos han sido de Víctor Campuzano que apenas ha llegado a los 50 minutos sobre el campo. Los dos tantos llegaron en los dos últimos partidos, ante Almería y Oviedo, en ambos casos cuando el delantero acababa de sustituir a un compañero. Si ante los azules solo llevaba segundos de juego, en el Power Horse Stadium no había cumplido un par de minutos.

La historia de Víctor Campuzano es una historia de superación, de constancia, porque cualquier otro hubiera arrojado la toalla después de tantas lesiones y de verse incluso apartado del equipo, con el cartel de transferible colgado del cuello. Llegó a Gijón en el mercado de invierno de 2020, poco antes de la pandemia, y cumplirá contrato al final de esta temporada.

Campuzano suma 11 goles como rojiblanco, el mismo número que lleva en la camiseta y que en otro tiempo lució siempre uno de los futbolistas más relevantes y legendarios en la historia del Sporting, Enzo Ferrero. El jugador de Vilanova i la Geltrú logró seis tantos la temporada pasada después de verse sometido a la mayor humillación que puede soportar un jugador de fútbol: Ramírez no le concedió ni un solo minuto en la pretemporada esperando su salida.

Él quiso seguir en Gijón para demostrar que le es válido a cualquier entrenador y a cualquier equipo por mucha exigencia que haya. Su paso por la cantera del Real Madrid no está precisamente al alcance de cualquiera, aunque el Espanyol fue su trampolín para llegar al Sporting de la mano de su mentor, David Gallego.

Pero las lesiones han sido un lastre para él. La pasada temporada, sin ir más lejos, volvió a padecerlas y estuvo 16 jornadas parado, que le llevaron incluso a buscar solución médica de forma privada en Barcelona con el permiso del club rojiblanco. Reapareció en los dos últimos partidos para contribuir con el gol del triunfo al Eibar que permitió llegar a Elda con opciones de entrar en el playoff de ascenso, que al final se alcanzó.

Entre sus goles también se recuerda el que significó la victoria sobre el Zaragoza en el tiempo añadido. Éste y aquel al Eibar, como el que consiguió frente al Oviedo, han provocado el delirio en El Molinón a cuya afición le quiso agradecer y manifestar su respeto por todo el apoyo recibido en sus peores momentos. Víctor Campuzano dio la vuelta olímpica al estadio en solitario, aplaudiendo al público, un gesto que el sportinguismo valora tanto como todo su esfuerzo por superar las adversidades. Ahora sueña con hacer “diez-doce goles” esta temporada, manifestó recientemente. El derecho a su renovación no ofrecería ningún tipo de dudas.

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