El Leganés zarandea al Pucela en su primer test

El Real Valladolid arrancó los amistosos de pretemporada cosechando una derrota clara ante un Leganés más rodado, que hizo valer su orden y aprovechó los errores defensivos de los blanquivioletas para llevarse su primera victoria de este periodo de preparación. El cuadro de Borja Jiménez marcó dos goles a balón parado y consiguió que no pasaran demasiadas cosas cerca de su arco, aprovechando también la carga de entrenamientos de su rival a lo largo de la semana.

Desde los primeros compases, el equipo de Pezzolano intentó aplicar las premisas que viene recibiendo del técnico, tanto en lo relativo a la tenencia del esférico como en la presión alta sobre la salida del rival. Cuando era suyo el esférico, trataba de sacarlo jugado desde el mismo Sergio Asenjo y a través de los centrales, Rofino y Torres, la pareja habitual en el Promesas la temporada pasada. Una de las máximas parecía ser la de verticalizar cuando hubiera oportunidad, aunque en el inicio faltó acierto para conectar, sobre todo, con Iván Cédric.

Aunque el Pucela intentó imprimir ritmo (todo el que se puede a estas alturas del verano), le faltó precisión para encontrar a sus jugadores de ataque. Cuando hallaba a uno en concreto, a Kenedy, interlineado, la jugada prometía por sus ganas, pero no cumplía por su falta de fluidez. El brasileño fue todo pundonor, también para defender, e intentó impactar a menudo desde su posición asimétrica respecto a Tunde, que aparecía normalmente más abierto que él en la izquierda.

El Leganés, entretanto, supo colocarse en un bloque medio-alto, amenazando al poseedor pero sin desgastarse a la hora de presionar y, sin embargo, provocando así la primera ocasión clara, un pase filtrado hacia Dani Raba que tapó Asenjo, poco después del primer disparo tímido de Kenedy. Los pepineros, con esa quietud, no tuvieron más que esperar una imperfección del rival para ponerse por delante. Una falta lejana mal despejada le cayó a Álex Gil, que disparó desde la frontal sin oposición y ejecutó a un Sergio Asenjo poco ducho en la acción.

No tardaría en lograr el tanto de la igualada Maroto, con un disparo exterior de zurda, con un buen golpeo abajo que confirmó las buenas sensaciones que dejó en la primera mitad, en la que fue siempre un apoyo para el compañero que tenía el balón. Como él, dejó también algún que otro detalle positivo Tunde, aguerrido, potente y profundo, hasta apurar línea de fondo en varias ocasiones que terminaron con algún centro al área que, sin embargo, no encontró rematador.

Antes del descanso, sería el Leganés el que aprovecharía la falta de contundencia del rival para golpear otra vez, merced a una jugada bien llevada de izquierda a derecha. Ganó el ataque pepinero un duelo en el costado zurdo a la altura de los banquillos y el balón terminó en el lado contrario, donde cayó Raba, que habilitó a Diego García, quien se impuso en el corazón del área a un poco expeditivo Víctor Rofino para empujar con la bota el cuero al fondo de las mallas.

El guión fue parecido al del tercer tanto, que llegó en los compases de la segunda mitad. Malsa no compitió un balón en el centro del campo y propició la salida rápida del ‘Lega’, con el equipo descompensado, de tal manera que otra vez Dani Raba habilitó a un compañero, en esta ocasión, Darío Poveda, que ejecutó a Masip sin demasiado esfuerzo. El capitán había entrado al descanso en un carrusel de cambios que dejó solo a Lucas Rosa y Rofino en las filas pucelanas. Dado que los suyos acumulan un mayor rodaje, Borja Jiménez solo dio entrada a Nyom por Miramón.

Antes de abandonar el tapiz en otra permita, Raba completó su ‘hat-trick’ de asistencias en otra falta, rematada por Jorge Sáenz casi a bocajarro, elevando la cuenta goleadora a cuatro tantos, después de que los pepineros no fueran capaces de estrenarse en los dos primeros amigables. La consecución de cambios del Leganés favorecía que el ritmo no fuera demasiado alto nunca, aunque el Real Valladolid buscó sorprender en sendos disparos altos de Sergio León y Hugo Vallejo.

En el tramo final, la sociedad formada por Garri y Raúl Moro, debutante a falta de siete minutos para la conclusión del choque, amenazó algo más, aunque los pupilos de Pezzolano no concretaron sus llegadas a las inmediaciones del área en oportunidades demasiado claras. No obstante, sirvieron los chispazos del iscariense y del catalán como estímulo después de unos cuantos minutos durante los cuales lo que había imperado era el orden del conjunto madrileño.