El Leganés se queda a dos minutos de subir a Primera

Dos penaltis de señalización dudosa descabalgaron por dos ocasiones, y en el añadido de ambas mitades, el sueño de un Leganés que rozó con los dedos, no sólo el ascenso a Primera División, sino incluso el título de campeón de Segunda. A los madrileños le faltaron apenas dos minutos para conseguirlo. Un manotazo de Nyom cuando trataba de proteger la bola dentro del área con cierta excentricidad en la ejecución fue la culpable de que se esfumara la gloria. Manu Justo enterró el anhelo en el 90+3′. Sólo se añadieron 120 segundos más.

Ahora los madrileños deberán esperar a Butarque. Al Lega le sirve un punto frente al Elche en la última jornada para volver a la élite, ésa que abrazó cuando Juan Cruz finalizó una cabalgada eterna con el que (parecía) iba ser el gol del ascenso de un duelo capicúa. Álvaro Giménez también en el descuento (45+1′) y también de penalti dudoso, había igualado en la primera parte el 0-1 de Miguel.

Y aquí que, al rodar el balón, temblaba un vetusto A Malata convertido en territorio de esperanzas. Verdes y blanquiazules. En la previa. En las gradas. Fiesta en estéreo para descorchar la nadería. Fue el primer acto puro vacío rebosante de tensión, que en el fútbol suele ser sucedáno de espectáculo. Pero ni por ésas. Dimisión de juego. La posesión la puso el Racing de Ferrol, que hizo de la bola un vaivén de caderas ante el que Leganés lució su mayor virtud. Blindaje hormigonado. Y le funcionó.

No tiró el Racing hasta el (dudosísimo) penalti con el que Álvaro igualó el duelo (45′+1). Manos de Sergio, silbó Fuentes Molina. Cuestionable. Empate al filo de un descanso que amenazaba con atufar a gloria pepinera. La destiló Miguel, decantador de goles que sólo necesitó dos acercamientos para estrenarse. En el primero, su testarazo se fue por poco. En el segundo no marró para empujar la asistencia de Brasanac (16′), sorprendente butrón balcánico entre líneas.

No hubo más remates antes de reanudar el choque, que calcó para reestrenarse el patrón inaugural. La bola, gallega. El cemento, madrileño. El matiz lo puso la moral, aliada local ante un Lega lastrado en el ánimo y corto de piernas. Queimada de pánico. Pinchi la conjuró para rondar el segundo. Gol (casi) fantasma que botó en el larguero con las meigas aliadas del forastero, las mismas que se enredaron en la zurda de Juan Cruz para hacer el que (parecía) gol del ascenso. Hasta que Nyom, Fuentes Molina y Manu Justo, evitaron la promoción pepinera.

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