El Leganés se abona al mantra de la portería a cero para ascender

El Leganés es equipo sólido en el liderato (ya son 24 jornadas consecutivas en lo más alto) con la seguridad defensiva como su máxima virtud. Un potencial amurallado que ha potenciado especialmente en las últimas jornadas, con apenas un gol encajado en seis partidos. Lo hizo el Villarreal B en La Cerámica. Pero ni Amorebieta, Mirandés, Mirandés, Cartagena, Huesca y, sobre todo, Espanyol han sabido perforar una meta con tintes hormigonados. No es casualidad. El mantra de la portería a cero es la base sobre la que Borja Jiménez quiere construir la autopista al ascenso para el tramo final del campeonato.

No obstante, el Leganés ya es el equipo que más veces ha visto como los rivales no conseguían meterle un tanto. En total, 18 partidos imbatidos por los 16 del Sporting y los 14 del Oviedo. El muro del Leganés es, de largo, el más sólido de esta categoría.

Sirva también como argumentos para explicar lo meritorio de su entramado que los blanquiazules no han encajado más de dos goles por encuentro (en total han recibido 21) y que ninguna derrota salvo la encajada ante el Eibar (0-2) ha sido por más de un gol de diferencia. De hecho, los blanquiazules sólo han encajado dos goles en tres partidos: ante Andorra (victoria 2-3), frente al Racing (derrota 2-1) y contra el citado Eibar (también derrota por 0-2). De ahí que Diego Conde vaya de cabeza camino de ganar el premio Zamora de la actual temporada.

Mandamiento supremo

“Me dijeron hace poco que éramos el mejor equipo de las últimas cinco jornadas. Ojalá sigamos así en las próximas cuatro antes de encarar el tramo final de la temporada. Hemos encajado poco este año. El que menos creo. Es verdad que la semana pasada [ante el Huesca] no tuvimos muchas ocasiones de gol. Hoy sí que creo que hemos tenido alguna más, podríamos haber hecho gol”, insistió el mismo Borja Jiménez el viernes tras encadenar el tercer empate a cero consecutivo, éste frente al Espanyol.

Ya en la previa de este partido se barruntaba que la seguridad defensiva sería máxima clave para el equipo. Lo transpiraba un vestuario que insistía en la importancia de no encajar frente a lo pericos para salir airoso de un partido que, en las lecturas positivas, permite al Leganés mantener el golaveraje con el Espanyol y, de paso, la distancia con los catalanes. La plantilla ya ha asimilado el mensaje de la seguridad como máxima prioridad y así lo ejecuta con normalidad en el día a día.

A este Leganés no le importa, si es necesario, vivir encerrado cerca de su área para buscar la contra con la velocidad de sus puntas. Y aunque en las últimas tres jornadas no ha conseguido sumar, sí que ha tenido ocasiones para ello, especialmente ante el Espanyol donde esas contras fueron fuente de peligro. Raba y Portillo pudieron ver puerta ante los pericos por la vía de la transición rápida.

Una forma de vida que al Leganés le gusta porque, además, se siente en inferioridad de argumentos ofensivos para plantar cara al resto de los rivales. Borja Jiménez y su cuerpo técnico entienden que ir a pecho descubierto contra transatlánticos presupuestarios y de plantilla sería una temeridad. Los buenos resultados y el mantenimiento sostenido de un liderato firme le dan la razón, aunque también con la autocrítica de que será necesario mejorar el rendimiento goleador de aquí al final de temporada para mantener la senda del ascenso directo.

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