MERCADO

El Leganés aparca la agonía de los fichajes en el último suspiro

Por primera vez en mucho tiempo el Leganés no fue protagonista del último día de mercado. El club ha virado a una política más serena de incorporaciones.

CD Leganés

El Leganés cerró ayer el mercado invernal de fichajes con relativa tranquilidad en sus oficinas. Más allá de la salida de Naim (cedido a la Ponferradina) y el deseo frustrado de Dani Jiménez por abandonar Butarque, el club no presentó los vaivenes que solían remover los cimientos de la institución cada vez que se llegaba al final del mercado invernal. Todos los fichajes se hicieron días antes: Karrikaburu y Franquesa a mitad de mes. Narváez, 48 horas antes del cierre.

Los pepineros, acostumbrados a ser protagonistas en todos los últimos días de las ventanas (sean estivales, sean invernales) se quedaron sin incorporar jugadores en esta última fecha pese a tener fichas libres por primera vez desde 2018. En 2021 también sucedió, solo que entonces había hueco en su plantilla.

Cronología de finales agitados

Y con todo y con eso, hace tres años, en 2018, sí que pudo haber un fichaje de cierre de mercado. Las negociaciones por Marc Roca, ahora en el Bayern de Múnich y entonces en el Espanyol, se intentaron agilizar demasiado tarde y no fructificaron. Esa noche el palco de Butarque fue un hervidero de contactos mientras el equipo jugaba la ida de las semifinales de la Copa del Rey contra el Sevilla (1-1).

El caso es que, como no hubo acuerdo, el Leganés no cerró fichaje de última hora. Una excepción a la rutina de cursos anteriores. En verano. En invierno. Por ejemplo, la primera temporada del Leganés en la élite, los pepineros ataron hasta cuatro fichajes el último día de mercado de enero: Tito, El Zhar, Alberto Bueno y Erik Morán.

Dos años después, protagonizó la agónica incorporación de Diego Reyes para la que fue necesaria la también agónica salida de Diego Rolan. Romper su cesión con el Deportivo para que dejara su plaza de extracomunitario al central mexicano provocó ríos de sudor en las oficinas de Butarque. Los directivos abandonaron el estadio rozando la 1:00 de la madrugada

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Claro que para agitado, el cierre de mercado de 2020, cuando el Leganés incorporó en los últimos días a Amadou, Bryan Gil y Miguel Ángel Guerrero tras ver como En Nesyri se iba a Sevilla dejando un boquete deportivo irreparable, pese a los 20 millones que acabó generando su partida. Peor aún fue el adiós de Braithwaite al FC Barcelona, ya en febrero, con el mercado cerrado.

La temporada pasada el Leganés hizo cinco fichajes en la ventana invernal y la última, Dani Jiménez, jugador que ayer fue también protagonista por su deseo a abandonar Butarque viendo que Asier Riesgo le había quitado el puesto desde su lesión en el hombro.

Sin urgencias por un central

La foto de la noche, un panorama sosegado que ni siquiera quedó agitado por el caso de Omeruo. Su lesión (6-8 semanas de baja, según el diagnóstico que hizo el propio Idiakez en sala de prensa) provocó que se abriera un debate interno sobre la necesidad de fichar un central más. Pero finalmente se decidió no firmar por firmar amparándose, por un lado en el ejemplo de Giraudon (fichaje similar que el curso pasado apenas jugó pese a la dolencia de Bruno) y por otra por la política de sólo incorporar si era estrictamente que se venía anunciando desde antes incluso de que se abriera el mercado.

El resultado final fueron tres refuerzos acorde a las necesidades iniciales del club con, además, la peculiaridad de que los tres eran de las primeras opciones que manejaba la dirección deportiva. Con el cambio de propiedad, los nuevos dueños aparcaron la política de desgaste de aguantar hasta el último suspiro, como sucedía antes, acompañado de ofertas jugosas desde el primer minuto. Nada de entrar en subastas o regates innecesarios.

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