El legado que deja Imanol Idiakez en el Deportivo
El vasco tiene su lugar en la historia blanquiazul como el técnico que devolvió al club al fútbol profesional. Siempre desde un perfil discreto y mirando a la cantera.
Poco más de un año ha durado la etapa de Imanol Idiakez al frente del Deportivo. El técnico vasco, que llegó en verano de 2023 en medio de una profunda crisis social, es despedido después de conseguir el ansiado regreso al fútbol profesional y dejar por el camino varios hitos importantes y un vestuario a prueba de golpes. Siempre desde un perfil bajo y evitando conflictos, dar la alternativa a varias de las perlas de Abegondo ahora consolidadas en el primer equipo formará también parte de su legado en A Coruña.
El ascenso
El fútbol se mide por resultados y por eso Idiakez no se sentará más en el banquillo del Deportivo. Pero es El Resultado el que también hará que el técnico quede para siempre en la historia del Deportivo. Después de tres temporadas de sinsabores, fue el entrenador que consiguió el buscado ascenso a Segunda División y el regreso al fútbol profesional.
Una vuelta sin perder
No fue sencillo el camino de Idiakez para tocar la gloria. De hecho, hace prácticamente un año también estaba al borde del precipicio después de llegar a tocar descenso a Segunda Federación. La paciencia dio sus frutos y el Depor se convirtió en un equipo imparable que fue capaz de completar toda la segunda vuelta sin perder un partido y levantar el título de campeón absoluto de Primera Federación.
La cantera
Yeremay, Mella y Barcia son los nombres más evidentes. El canario era el único que estaba en el primer equipo cuando llegó, pero no tenía ni de lejos el rol protagonista de ahora. El técnico recogió el guante de la apuesta del club y le entregó las llaves del ataque al tiempo que convenció a Mella para adaptarse a la banda derecha y que se convirtiese en uno de los extremos más desequilibrantes de la categoría. El crecimiento a fuego lento de Barcia hasta ser indiscutible también lo lleva en su haber, como los estrenos de jugadores como Rubén, Kevin, Ochoa o Diego Gómez.
Un vestuario unido
Hasta en sus últimas horas como entrenador, Idiakez destacó que la clave de todos los éxitos habían estado en la fuerza del grupo. “Yo no he hecho nada, hemos hecho, todos los que estamos ahí”. A pesar de ser un entrenador que mueve poco su bloque de confianza, consiguió que incluso los que futbolistas que jugaran menos sumaran dentro del vestuario de una u otra forma.
Sin estridencias
Llegó en un momento complicado, entre la decepción por un nuevo ascenso frustrado en Castellón y la crispación por la salida de Rubén de la Barrera. Idiakez supo reconducir la situación desde un perfil discreto, sin estridencias y rara vez entrando en conflictos. Mantuvo la tranquilidad en los malos momentos y fue cauto durante los buenos para acabar ganándose a buena parte de una afición que duda de si la decisión de prescindir de él es la correcta.
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