El laberinto de Mickael Malsa
El mediocentro francés del Real Valladolid no cuenta para Pezzolano, pero tampoco se muestra muy partidario de salir.
El jugador francés Mickael Malsa vive en un laberinto del que podría salir, pero no quiere, de momento. Con el recuerdo de la gran temporada que hizo en el Mirandés, en la campaña 2019-20, su llegada al Real Valladolid desde el Levante ilusionó a propios y extraños... pero nada más lejos de la realidad. Su rendimiento como blanquivioleta ha sido escasísimo y, encima, no parece tener prisa por recuperar la ilusión por el fútbol.
Firmado por cuatro temporadas por Fran Sánchez hasta 2026, el francés enseguida dio muestras de no habituarse al estilo de juego de Pacheta por lo que salió cedido en el mercado de invierno del año pasado al equipo turco del Kasimpasa, con más pena que gloria. En el inicio del verano de 2022, algunos dirigentes del club blanquivioleta mostraron su ilusión en recuperar la mejor versión del francés, pero pronto se vio que Malsa no estaba. Ni estaba, ni quería estar, pero tampoco salir.
El mediocentro tuvo propuestas para volver a su país, ir a Estados Unidos o jugar en otros equipos en Segunda, pero por unas cuestiones o por otras, las opciones nunca le gustan y se agarra, legalmente, a su contrato firmado. En total, la temporada pasada en el Real Valladolid jugó en cinco partidos, donde acumuló 64 minutos, antes de salir a Turquía, mientras que esta campaña, en Segunda, sólo ha participado en dos encuentros sumando seis minutos ligueros en total. Ahora el club le busca otra salida y está a expensas de que ésta le convenza... Y mientras tanto se agarra a su contrato de dos años y medio más.
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