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El fichaje estratégico de Boyomo

El franco-camerunés viene de ser uno de los mejores centrales de Segunda y su potencial dicta que puede convertirse en líder de la zaga del Real Valladolid.

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El primer fichaje realizado por el Real Valladolid para buscar su retorno a la Primera División puede considerarse una declaración de estas intenciones, teniendo en cuenta el estatus adquirido la pasada temporada por Flavien Boyomo. El central franco-camerunés destacó hasta convertirse en uno de los mejores centrales de Segunda, como coinciden los especialistas en la categoría. Para más inri, es también el más joven de cuantos suelen destacarse y cuenta con un potencial que dicta que puede llegar a convertirse en un líder formando parte de la zaga blanquivioleta.

A sus 21 años, el hecho de que tuviera uno por delante con el Albacete propició otra cuestión que le hace ser un fichaje estratégico, y es que el traspaso no ha significado un gran desembolso para las arcas del club. El millón y medio que a priori puede llegar a pagar la entidad por él tiene visos de resultar rentable tanto en lo económico, puesto que al firmar por cuatro años la cantidad a amortizar por cada campaña no parece elevada, como en lo deportivo si mantiene el nivel ofrecido.

Las sensaciones que le acompañaron a las órdenes de Rubén Albés fueron las de un central poderoso, de los mejores de la categoría, un debate en cuya mesa se sentaría con pleno derecho junto a los ascendidos Saúl Coco y Abdel Abqar y a Mika Mármol, siendo, además, el más joven de los cuatro (aunque solo unos meses respecto al del Andorra). Como el de los otros tres, su lugar parecía estar en Primera; sin embargo, en el corto plazo buscará consolidar ese asiento, después de superar los 3.000 minutos entre los 37 partidos que disputó; 36 de ellos como titular.

Atendiendo a las estadísticas, aunque, ciertamente, no lideró ninguna, estuvo entre los mejores en varias de ellas. Así, fue el quinto mejor central en la disputa de duelos aéreos, resueltos favorablemente para sus intereses en un 67,27% de las ocasiones, superando a los antes mencionados y a teóricos especialistas como Miguel Rubio, Rubén Alves o Aitor Córdoba, y el quinto con más entradas realizadas, 55, solamente dos menos que Mika Mármol de entre los comparados.

Mientras tanto, con balón, cerró el ‘top 10′ en cuanto a acierto en el pase, faceta, esta sí, en la que Mármol y Coco le mejoran con claridad, aunque con un matiz, y es que Andorra y Las Palmas jugaban más en horizontal y en zonas traseras que el vertical Albacete. Si en corto mostró un 91% de tino, con casi 41 pases completados por partido, en largo fue el séptimo mejor, con un 52% muy próximo a los cinco siguientes; a todos menos a Curbelo, que alcanzó un 63,54% en este tipo de envíos.

Números al margen, Boyomo mostró en la temporada pasada unas dotes que le permiten ajustarse a lo que debe ser el Real Valladolid de Paulo Pezzolano. Su exuberancia física le permite desenvolverse con la línea defensiva alta, gracias a su capacidad para corregir a campo abierto y su manejo del ‘tackling’, y su aptitud con balón ofrece escenarios de dominio y verticalidad. En este sentido, no obstante, tiene margen de mejora, sobre todo en la toma de decisiones, relacionada a veces con esa superioridad física. Veloz, fuerte y solvente por alto, pese a sus 181 centímetros, sus imperfecciones están relacionadas principalmente con esa cuestión.

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