El despegue de Théo Zidane
El centrocampista marsellés adquiere más presencia en los planes de Ania y corrobora su adaptación al fútbol profesional con dos goles en los tres últimos encuentros de Liga
El Arcángel y todo el fútbol profesional están empezando a conocer a Théo Zidane. El pasado verano aterrizó en la casa blanquiverde con dos inmejorables cartas de presentación: la formación en la fábrica blanca del Valdebebas y uno de los apellidos más ilustres que ha dado el fútbol mundial.
Sin embargo, ese tipo de acreditaciones a veces son malas compañeras en el mundo del fútbol. Se exige una adaptación inmediata al nuevo medio y Théo Zidane ha tenido que vivir con eso en el arranque de la temporada. Ania, entrenador del Córdoba, viendo sus posibilidades contó con él en dos demarcaciones durante la pretemporada. Lo probó como mediocentro y también como mediapunta, algo a lo que dio continuidad en el estreno liguero del Córdoba. Sin embargo, a Théo le costaba dar la medida que se le vio en su etapa formativa en el Castilla. Su juego se veía a ráfagas y necesitaba algún espaldarazo en forma de gol como el que tuvo ante el Málaga en la cuarta jornada con un testarazo que desvió Einar ante la mirada de su padre, presente en las gradas de El Arcángel.
Incluso, ese momento de incertidumbre tuvo un momento crítico una semana después. Ante el Deportivo, a Théo le llegaron pitos desde un sector de la grada en el encuentro ante el Deportivo. E hizo que Ania, dos semanas después, a la conclusión de la cita ante el Racing de Ferrol, hablara sobre su aportación: “El día del Dépor estuvo muy bien, para mi hizo un partidazo. Hoy lo mismo”. Y redundó en la idea de que “estuvo muy bien y no sólo en lo suyo que es tener el balón, cortar al espacio... Estuvo muy bien en la presión y en los duelos. Tiene una actitud inmejorable. Quiere ser futbolista y eso se nota muchísimo”.
Por ello, el asturiano le dio minutos en la titularidad tras tener que recalificar sus planes con motivo de la lesión de Adilson, llevando a Jacobo a la izquierda, y situándolo por detrás de Casas. Sin embargo, esa idea duró poco. Dos jornadas después fue expulsado en Granada por elevar la pierna en exceso a la hora de intentar controlar el balón.
Entonces tuvo que esperar su momento, que llegó en plenitud en el partido ante el Castellón. Con 0-2 al descanso, Ania lo situó en el doble pivote junto a Isma Ruiz y al galo se le vio por todas las zonas del terreno de juego. Contando balones, sacándolo desde atrás, dibujando pases imposibles y haciendo el gol que llevó al equipo a creer en la reacción ante un rival que en la primera parte fue muy superior. Théo remachó un balón escupido por la madera tras un remate acrobático de Antonio Casas con la espuela.
Ese día, Théo se ganó a El Arcángel y también a Ania, hasta el punto de desplazar a Álex Sala, titular desde el arranque de Liga, al banquillo. En Cádiz salió de inicio, aunque su juego no fue tan brillante. Y suya fue una de las ocasiones más claras del partido, pero el punto de mira estuvo elevado, algo que también le sucedió en Granada antes de la expulsión en una de las llegadas más claras del Córdoba.
Pero Ania le siguió depositando el aval y lo demostró ayer en el partido ante el Real Zaragoza. Théo, como le ocurre al Córdoba, se siente más a gusto en El Arcángel, y volvió a demostrarlo. Generó juego y mostró su clase con un control orientado y un golpeo cruzado, a servicio del joven Adrián Vázquez, para poner el 1-1 en un partido de locura. Al comienzo de la segunda parte se retiró por decisión técnica. Pero El Arcángel, que en septiembre dudaba, lo despidió coreando su nombre. Théo Zidane ha tomado velocidad en el fútbol profesional y ha despegado.
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