El Coco que vino de la Copa África

En la primera rueda de prensa de García Pimienta, Saúl Coco fue uno de los jugadores por los que pasó revista el técnico. “Es un chico que conocía cuando estaba en Barcelona”, comentaba. “Jugar una Copa África no es fácil y la verdad es que lo está haciendo muy bien. Esperemos que siga con esta racha [...] y cuando venga, lo hará mucho más motivado”. Podía sonar a brindis al Sol, el lanzaroteño que estaba en Camerún cuando se produjo el cambio de guardia en el banquillo, había disputado hasta ese momento 82 minutos de liga y ya estaba cerrándose enero.

Su debut como titular había sido ante el Leganés bajo el manto de Pepe Mel y no pudo ser más agridulce. Estuvo involucrado en los rebotes del saque que esquina que acabaron en el primer gol y en el segundo tuvo la grandísima capacidad de salvar un hueco que se había generado en defensa para tapar un lanzamiento a quemarropa, en cambio el rebote le fue a la mano, en una de esas acciones en las que uno no sabe bien si es penalti o no, pero que acaban siéndolo porque la ascendencia Butarque de Neptuno era más potente que la de Júpiter.

Sin embargo, aquellas palabras iniciales de García Pimienta no fueron halagos de cortesía y un nuevo momento le llegaba contra el Zaragoza, el partido de los dos goles en contra a balón parado y el del fallo Hernani. Así que tras pasar por un barbecho de dos encuentros, Coco se fechó por la oreja al once en cuanto pudo, Navas se expulsó contra el Girona y está vez sí cogió la ola buena. Pasó de ser el último de los defensas a gerente de seguridad.

En mitad de esa transición de roles, el lanzaroteño daba resonancia a la mención de García Pimienta a la competición continental. “El hecho de haber jugado la Copa de África con la selección, ser importante, hacer un buen papel, sube la confianza”, reconocía el zaguero. No obstante, el fútbol le mandó a parar de nuevo en seco. Si cuando estaba en la cantera amarilla tuvo que hacerlo por una fractura en ambas muñecas, a la vez, ahora en mitad de su despegue una fractura en el hombro le obligaba a pedir pista de aterrizaje justo antes de la promoción.

La trayectoria que se mantuvo

El inicio de la 2022-23 trajo consigo lo esperable, y deseable, en el entorno amarillo. Coco reprodujo su nivel antes de la lesión que le agrió el final de temporada anterior, pero además añadía galones desde el comienzo de la campaña. Las rotaciones iniciales fueron las únicas que fueron capaces de apartar al lanzaroteño de las alineaciones, eso y una lesión a los quince minutos en Anduva.

Su impronta esta temporada se nota primeramente en la cantidad de minutos que acumula, el quinto que más de Las Palmas. Tiempo que aprovecha, entre otras cosas, para ser el jugador que más lanzamientos rivales bloquea, el que más despeja de cabeza, el que más posesiones recupera en el tercio defensivo y el jugador de campo con mayor porcentaje de duelos ganados.

No en vano, Saúl Coco ha sido el palo que cuando más fuerte le ha llovido a Las Palmas más vela pudo aguantar y por ello se ha convertido en puntal fundamental de los amarillos. Siendo uno de los defensas de la categoría que más interés suscita. Y es que el secundario que fue a la Copa África regresó con los planos para convertirse en el caudillo de la zaga y en eso se ha convertido.