MIRANDÉS

El club calla, pero los aficionados del Mirandés alzan la voz

Las manos siguen dando que hablar. En Anduva no se señaló como pena máxima una de Ricard, pero en Sevilla sí con el jugador de espaldas a la acción.

Paulino Oribe

Se dice que las comparaciones son odiosas, pero el criterio de los colegiados a la hora de decretar un penalti por mano en el área sigue generando un profundo debate, que se torna en malestar, entre los aficionados. En Anduva se produjo una de las acciones más polémicas de la jornada en la categoría de plata. En un abrir y cerrar de ojos, de un posible penalti a favor del Mirandés se pasó al 0-1 a favor del Granada. Un gol que a la postre dio la victoria al conjunto nazarí para coger aire en la clasificación.

La jugada trae cola y más si se compara con otras que también se vivieron en la última jornada. Transcurría el minuto 14 de juego y Ricard desvió con la mano un centro al área de Joel Roca. El balón golpeó en el brazo izquierdo extendido del lateral catalán, pero Muresan Muresan dejó seguir el juego. En las reglas queda constancia que se considerará como penalti cualquier acción en la que un jugador agrande su cuerpo de forma anormal cuando la posición del brazo o la mano no sea consecuencia de su movimiento corporal.

La acción que el colegiado dejó de señalar, a pesar de haber un impacto en la mano.

Cualquiera puede llegar a entender que el colegiado valenciano no apreciase la mano de forma clara en directo. Sin embargo, con una herramienta como el VAR, nadie se explica que Muresan Muresan ni siquiera fuese a revisar la jugada en el monitor de campo. “Con tener ojos sobra”, señaló el técnico rojillo Alessio Lisci en rueda de prensa. Y más si la comparas con la pena máxima que se decretó en el derbi sevillano de Primera División donde el balón golpea en el brazo de Llorente cuando el futbolista se encontraba de espaldas a la acción.

Mientras el club prefiere guardar silencio en lo que se refiere a este tipo de acontecimientos, los aficionados jabatos mostraron su indignación al final del encuentro con una sonora pitada dirigida al trío arbitral y también minutos más tarde en redes sociales. Ya no solo por esta acción que cambia por completo el guión del choque sino por el codazo del propio Ricard que impactó en el rostro de Tachi a la salida de un córner y que tampoco se revisó.

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