El Castellón se da un festín a costa de un Almería de cristal

Máxima presión para Rubi y su Almería. A la afición rojiblanca no le valen los buenos arreones de juego ni la cascada de ocasiones claras desperdiciadas. La gente en Almería quiere victorias. Puntos. Y por el momento su equipo no termina de cogerle el pulso a la categoría. Sobre todo a nivel competitivo. Defensivamente es un completo desastre. Un equipo de cristal. Si no mejora atrás, no tendrá opciones de pelear por el ascenso.

Chumi y Kaiky no dan el nivel y Edgar estuvo muy lejos de lo que se espera de él el tiempo que estuvo sobre el césped. El triángulo de seguridad indálico hace aguas por todos lados y así no se puede hacer camino en Segunda. A ello hay que sumar que Pubill está lejos de su mejor nivel y Centelles ha ido bajando su rendimiento con el paso de las jornadas.

El partido ante el Castellón dibujó un argumento extrañísimo y plagado de volantazos. Los de Schreuder, que hasta ahora habían mostrado cierta falta de pegada, exprimieron al máximo sus acercamientos a Maximiano y lograron cinco goles a domicilio disfrutando de la mitad de ocasiones de gol que el cuadro andaluz.

El 0-1 llegó al filo del descanso en un córner horriblemente defendido en el primer palo por Rachad y Luis Suárez. Raúl Sánchez metió la cabeza con sutileza y el nerviosismo se instaló en la grada. Pero hasta ese momento sólo un equipo había pisado el área rival con peligro: el Almería. Luis Suárez nada más empezar dispuso de la primera opción de gol. Y Melamed encadenó tres muy claras entre el 18′ y el 21′. Primero estrelló una falta en la cruceta y luego mandó fuera dos remates con todo a favor dentro del área.

Tras el intermedio los rojiblancos trataron de encimar aún más al cuadro visitante y el Castellón, lejos de descomponerse, destrozó a su rival en una media hora final de locura. Los visitantes aprovecharon dos concesiones para liquidar el choque por medio de Van den Belt y De Miguel. Melamed, en la más difícil, acortó distancias. Un espejismo porque Suero se coló poco después por el agujero negro que tiene el Almería en el centro de la zaga para poner el 1-4.

El VAR dio algo de esperanza a la parroquia local y Luis Suárez volvió a acortar distancias de penalti. Pero De Miguel no estaba dispuesto a que hubiese emoción en la recta final y cerró la manita con una definición marca de la casa en una acción que volvió a dejar muy en entredicho defensivamente al Almería.

El Castellón se dio un baño de autoestima con una goleada ante uno de los gallos de la categoría. Un resultado para llenar el depósito de la confianza, que se encuentra bajo mínimos en el UD Almería Stadium. La grada no está dispuesta a dejar pasar una. Rubi y sus futbolistas lo saben. Así que toca arreglar el desastre atrás y cuanto antes. Porque el fútbol no espera.

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