El Cádiz vence, convence y sale del descenso

Hay un dicho que dice: lo que el VAR te quita, el VAR te lo da. Igual no es exactamente así, pero el Cádiz (por fin) recibió alegrías del videoarbitraje en forma de dos decisiones que valieron los dos goles de la victoria ante el Córdoba (2-0). Sería injusto dar a la sala de Las Rozas el mérito de la victoria de los de Paco López, que a decir verdad estuvieron muy bien sobre el terreno de juego: merecieron la victoria por ocasiones y juego y además, defendieron bien. Un nombre propio… el mismo de cada jornada: Ontiveros. Probablemente, el mejor jugador de la categoría, volvió a ser factor diferencial en la victoria de los amarillos.

Paco López salió con un once de circunstancias. Con una medular totalmente renovada sin Alcaraz, lesionado y Kouamé, baja por decisión técnica. Fede y Escalante fueron los encargados de suplir a los teóricos titulares. Iván Ania, por su parte, premió el gran momento que vive Thèo Zidane, con una nueva titularidad y con Jacobo en banda, tras cumplir su sanción.

Los locales viven una auténtica montaña rusa en cada partido. Pasan de dominar, tener presencia en ataque y parecer que van a anotar el 1-0, a sufrir, achicar y tratar de que no llegue el 0-1. Los primeros ocho minutos fueron de agobio constante para los visitantes. Ocampo encontró huecos una y otra vez por su banda y conectó con Carlos Fernández y Roger con facilidad. El 1-0 pudo haber llegado en botas de Ontiveros. Si el equipo amarillo contara con once jugadores como él, estaría, a buen seguro, luchando en los puestos altos de la tabla. El 22 saca petróleo de la nada y con un toque sutil a la par que endiablado, estrelló un disparo desde fuera del área, en el larguero. Carlos Marín solo pudo mirar la pelota y cruzar los dedos para que no entrara.

Como viene siendo habitual en el Cádiz, cuando mejor jugaba, los nubarrones comenzaron a asolar. El Córdoba, que suele protagonizar los partidos con un fútbol alegre, se quitó el dominio penetrando por banda derecha, a partir de Carracedo. Desde ahí trenzó varias oportunidades de verdadero peligro, pero la más clara curiosamente, llegó en una acción individual de Casas, con un disparo lejano que se estrelló en la cruceta. Los silbidos comenzaban a hacerse patentes en la grada de un Mirandilla que lleva aguantando carros y carretas durante toda la temporada.

Quizá estos silbidos envalentonaron a los locales, porque pocos minutos después, en un error defensivo de los visitantes, Carlos Marín cometió penalti sobre Roger (se necesitó una revisión de VAR) y Ontiveros lo ejecutó. No directamente, ya que el portero blanquiverde adivinó las intenciones del extremo, pero sí a la segunda, estando más rápido que el meta en el rechace. Fue entonces cuando la locura se apoderó del partido. El Córdoba pudo empatar con un nuevo remate al palo y una mano salvadora de David Gil posterior, pero lo que se encontró es el 2-0 en un gol fantasma de Roger, que el VAR terminó decretando como válido. El balón había rebasado la línea totalmente, como se pudo ver posteriormente.

En la segunda el parte pudimos ver a un Córdoba más voluntarioso. Los de Ania demostraron que cuando se ponen a tocar pueden crear mucho peligro. Su rival, entonces, comenzó a defender la renta tratando de no cometer errores y salir a la contra en busca de cerrar el partido con un 3-0 que resultaría inapelable. El VAR volvió a intervenir por un codazo de Álex Sala a Sobrino dentro del área, pero sin el balón en juego. Fuentes Molina lo dejó solo en amarilla. En los minutos finales, los de Ania lo intentaron pero ahí apareció la mejor versión de David Gil, y una zaga que esta vez sí defendió bien y consigue salir del descenso con este triunfo.

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