El Burgos pierde la consistencia fuera de El Plantío

A estas alturas de la pasada temporada se comenzaba a hablar del Burgos como un equipo impenetrable. Aún no había encajado ningún gol ni en El Plantío ni fuera de casa, una racha que le llevó a rentabilizar al máximo los dos únicos goles que había logrado transformar para situarse en los puestos altos de la clasificación. José Antonio Caro, junto a su guardia pretoriana, eran infranqueables y los jugadores sabían que, si eran capaces de marcar a sus rivales, la victoria no se escaparía.

Pero todo ha cambiado en este inicio de curso donde el equipo blanquinegro ha mostrado su lado más oscuro en los tres partidos que ha jugado fuera de casa. En estos tres primeros enfrentamientos aún no ha puntuado y ha encajado siete goles. Los de Bolo han sufrido tres derrotas, ante el Levante, Sporting y Albacete en sus tres primeros desplazamientos. En la pasada campaña los burgaleses no habían perdido ningún encuentro.

Sin embargo, el equipo de Bolo ha marcado en todos ellos y suma cuatro goles fuera de casa, unas cifras inalcanzables con Julián Calero en el banquillo, pero han sido suficientes para poder puntuar. Desde el regreso del club al fútbol profesional se dan varias paradojas y es que, de los tres proyectos, este es el equipo que más pierde, que más goles encaja, pero también el que más marca.

De cualquier manera, ese juego más alegre y ofensivo que propone Bolo no da sus frutos en la clasificación ya que el Burgos está situado a dos puntos de los puestos de descenso, eso sí, sus aficionados disfrutan en El Plantío al ver a su equipo superar a proyectos potentes como los del Real Oviedo y Éibar, además de empatar con el Huesca. En casa solo ha encajado un gol y ha marcado tres.

Tanto desde la propiedad como desde la dirección deportiva se confía plenamente en este proyecto y se piensa que es cuestión de tiempo armonizar ese juego dinámico y valiente con la consistencia defensiva que había caracterizado al Burgos en las dos pasadas campañas. Las lesiones tampoco han ayudado, con seis jugadores con problemas en estas primeras jornadas, además del traspaso de Goldar al Pafos de Chipre, que debilitó la retaguardia burgalesa hasta la llegada del argentino Esteban Saveljich.