El año mágico del Burgos hasta llegar a la División de Honor
El juvenil blanquinegro vuelve a la máxima categoría después de una gran temporada. A orillas del Arlanzón la cantera ebulle, con varios títulos regionales.
Hace aproximadamente un año, Michu presentaba a los padres de los integrantes de la cantera del Burgos los planes que club y dirección deportiva habían esbozado para buscar una mayor prosperidad de las categorías inferiores blanquinegras. No ha tenido que pasar demasiado tiempo para que aquella estrategia diseñada haya dado frutos en forma de ascensos y campeonatos, como el conseguido por el Juvenil A, que volverá a militar la próxima temporada en la División de Honor, la máxima categoría del último escalón formativo, después de dos años en Liga Nacional.
El conjunto dirigido por Roberto Santamaría, quien ya había entrenado previamente al cuadro burgalés en la categoría, se hizo acreedor, con todos los honores, del campeonato de Liga Nacional, después de una dura y competida pugna con la Cultural Leonesa, cuyas ocho jornadas sin perder obligaron a los blanquinegros a sumar otros tantos triunfos de modo consecutivo para alzarse con el título. Esta exigencia, sin embargo, fue acorde a los resultados obtenidos por el Burgos, puesto que fue quien más ganó (24 partidos), quien menos perdió (tres), quien más goles hizo (86), quien menos recibió (29)... De hecho, sus tres derrotas se produjeron en las ocho primeras fechas (dos en las dos primeras); desde octubre, ni una.
Así, la impecable segunda vuelta, con 14 victorias y un empate, supone un hito a nivel nacional, solo igualado por el Real Madrid B, que en su grupo de la división de plata del fútbol juvenil obtuvo los mismos resultados. Esto se tradujo, sobre todo, en un final de campaña avasallador, pues en las últimas cinco fechas los burgaleses marcaron 23 goles y no encajaron ninguno, consiguiendo goleadas trascendentales como la de Los Anexos ante el Real Valladolid, donde se impusieron por 0-4.
Con ese gran final, los pupilos de Roberto Santamaría confirmaron la línea ascendente que fueron llevando a lo largo de la temporada y premiaron el trabajo realizado también por Javier Martínez, coordinador de metodología de cantera, que llegó el pasado verano a la estructura, después de experiencias en países como China, Kenia o Emiratos Árabes Unidos. De su mano, las categorías inferiores han asimilado un nuevo método de trabajo que ha dado frutos, puesto que, como el Juvenil A, el B ha salido campeón (y coge su lugar en Liga Nacional), el Cadete A lo ha sido también con claridad y el Infantil A ha sido segundo, solamente por detrás del Pucela.
Algunos nombres propios
El cuadro burgalés ha sido capaz de conjugar el buen nivel ofrecido por jugadores de tercer año como el portero Javi Moral, el lateral derecho Hugo Rastrilla, el extremo Pablo Sagredo, el mediapunta Iván Niño, que ya sabe lo que es hacer una pretemporada con el primer equipo, o el delantero Irian Ribas, que marcó 21 goles en 16 partidos después de llegar en enero procedente del Tenerife (tras rechazar a equipos de superior categoría) con el de varios futbolistas de segundo y tercer año.
Con el canario, el Burgos suplió la lesión de Pedro Madruga, uno de los jugadores con mayor proyección dentro del club (delantero nacido en 2007) y ganó una pieza fundamental, que se vio solo superada por los 26 goles del blanquivioleta Mariano. Entre los más jóvenes, Expósito y el central malí Abdou Maiga Koita, un central zurdo internacional sub’17, fueron algunos de los más destacados en un equipo llamado a buscar el ascenso, a la postre merecido, y que buscará la próxima temporada dar otro paso adelante afianzándose en la División de Honor.
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