Eder Sarabia sigue indemne en un Andorra sin remedio
El técnico sigue transmitiendo “energía y fuerza”, pero su equipo está hundido en el descenso y ha perdido 16 partidos este curso. El club no se plantea, de momento, destituirle.
No hay manera: el Andorra sigue sumido en la espiral del fracaso. Los tricolores, tras empatar ante el Levante (0-0), tenían una oportunidad de oro para ganar el pasado lunes al Amorebieta en el Estadi Nacional y salir, por fin, de la zona de descenso y fue misión imposible. La ausencia de fortaleza en las áreas le pasó factura y es que a la nula pegada se le sumó la fragilidad defensiva en los últimos minutos. El tanto de Bustinza, en el minuto 89, fue un castigo para un Andorra que seguirá hundido, una jornada más, en el descenso.
Lo positivo para los tricolores es que sus rivales directos tampoco ganaron esta jornada. De ahí que sigan a solo dos puntos de la permanencia. El problema es que el bloque tricolor se está empezando a quedar sin argumentos para convencer a su afición de que la salvación es posible y el discurso de Eder Sarabia está cerca de agotarse. Desde el club siguen apoyando al técnico y, de momento, no se ha planteado su destitución, aunque urge una reacción por parte del equipo. Con lo realizado hasta ahora, no llega.
Desde el vestuario, los jugadores están del lado de un técnico que hace de escudo y, claro, sigue viendo el vaso medio lleno. A nivel de puntuación, por supuesto (están a dos de la salvación y quedan 33 en juego) que siguen con esperanzas, pero a nivel de sensaciones hay dudas. El entrenador no escondió que “puede ser” el peor momento de su carrera como primer entrenador, pero para restar presión a su plantilla comentó “debemos tener claridad y calma. Soy el primero, por todo lo que me ha dado este club, amor por este deporte y responsabilidad profesional, que se va voy a dejar la piel hasta el último momento. Tenemos muchas posibilidades de salvarnos y hay que mirar hacia delante. Está claro que el golpe es muy duro, pero vamos a levantarnos pronto”.
El Andorra debe tirar de autocrítica porque en los últimos duelos ante sus rivales directos (Villarreal B, Alcorcón y Amorebieta) solo ha sido capaz de sumar un punto. Un pobre bagaje que explica la mala clasificación. Los números no salen y, tras caer ante el Amorebieta, los tricolores han sumado ya 16 derrotas este curso. En 31 partidos. Datos complicados de sostener, pero parece que no le van a pasar factura a Eder Sarabia. ¿Destitución? “No soy yo quien ha de decidir eso. El equipo viene haciendo las cosas muy bien. Me parece que el fútbol está siendo muy cruel con nosotros. Los merecimientos no están relacionados con los resultados. Pese a todo seguimos estando a dos puntos del objetivo, de la salvación, y quedan 33 en juego. Tengo clarísimo el camino, tengo mucha energía y fuerza. Es ahora cuando hay que demostrar la fortaleza mental y la unidad. No hay tiempo para lamentarse”. Y tiene razón porque este miércoles, el equipo afrontará la final de la Copa Catalunya contra el Olot y el sábado visitará al Cartagena, otro rival directo en la pugna por la permanencia y que le aventaja en seis puntos.
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