Duelo de dinámicas en La Cerámica
El Leganés se juega el ascenso y el Villarreal B quiere salir del pozo. De ganar, los pepineros darían un golpe sobre la mesa. El Leganés, con las bajas de Miramón, por lesión y Ureña.
En el fútbol lo importante es ganar. Cada vez quedan menos jornadas para que termine la liga en segunda división y es hora de ir cumpliendo objetivos. En La Cerámica se juntan dos equipos con aspiraciones antagónicas. El Villarreal B quiere huir del descenso y el Leganés, todo lo contario, estar en primera la temporada que viene.
Ya toca ganar. Eso es el mandamiento que hay dentro del vestuario groguet que suma tres jornadas consecutivas perdiendo y que solo ha logrado dos puntos de los últimos quince en juego. El rival es el más complicado de la categoría porque llega líder y con una buena racha de resultados. Miguel Álvarez sabe que uno de los principales problemas de su equipo es la falta de gol y quiere cambiar algo en la delantera para poder volver a celebrar un tanto.
Miguel Álvarez no podrá contar con su doble pivote `fetiche´, Carlo Adriano – Del Moral, que están lesionados igual que, Pablo Íñiguez y Hugo Pérez, ni con Requena, el sustituto natural, que está sancionado. También habrá cambios en el eje de la defensa porque Lekovic y Hugo Novoa están con las selecciones sub-21 de Serbia y España. La responsabilidad del gol seguirá en las botas de Álex Forés que, acompañado de Jorge Pascual, intentarán acabar con esa mala racha de cara a la portería.
El técnico del filial groguet afronta el partido con ilusión, pero sabe que “en la competición hay algo que marca dónde estás, y son las áreas. Nosotros hemos mejorado en ambas, pero todavía debemos mejorar”. En el club quieren que las gradas de La Cerámica presenten un buen aspecto y están promoviendo diferentes iniciativas para que la afición del Villarreal acuda a animar al minisubmarino.
No es el Leganés líder de lucir demasiado pecho sabedor de que su proyecto, forjado para salvarse… y ya, puede sufrir de cualquier golpe que le parta el tórax y frene los sueños de ascenso. Pero dentro de ese habitual discurso comedido, a veces en exceso, se ha permitido el equipo madrileño lucir algo de orgullo tras sus dos últimos resultados. Las victorias (sobre todo) ante el Amorebieta (0-1 con uno menos durante una hora) y ante el Mirandés (goleada por KO técnico, 4-0) han supuesto cambio de mentalidad y reimpulso para los pepineros. Atrás parecen quedar la neblina desatada por las derrotas ante Racing y Eibar.
Pero tras la sonrisilla de felicidad, el ancla de Borja Jiménez, técnico de marcado carácter pausado que siempre frena cualquier atisbo de euforia. También de depresión en las malas. Para la visita a La Cerámica, el entrenador del Leganés ha quiero inocular la vacuna de la prudencia entre los suyos usando el piropo al rival ajeno. Por mucho que el Villarreal B sea conjunto que fondea la tabla, no se fía el abulense de que no les pueda meter mano como ya casi consigue el Amorebieta en Lezama.
Con solo dos bajas (Miramón, por lesión; Ureña por el virus FIFA), está por ver si el preparador apostará por rotaciones selectivas para dar descanso a algunos de los hombres con más minutos y fatiga. Ante el Mirandés, Raba no jugó ni un minuto, pero lo normal es que vuelva de inicio ante el que fue su equipo. Diego García, con más carga de minutos, podría ser el reemplazado. Con otro retorno, el de Neyou, Undabarrena también podría tener banquillo de oxigenación. Unos 600 pepineros acompañarán al equipo en Vila-Real para un duelo que, con solo empatar, garantizaría la 21ª jornada consecutiva en el liderato a este Leganés que llega a la ‘Zona Aragonés’ (los últimos 10 partidos donde se juega todo), contento y sin presumir, como decía El Sabio.