Dos balas con pasado blanquivioleta

Cuando el Huesca arribe este fin de semana a Valladolid, habrá dos jugadores en especial a los que la ciudad no se les hará ni mucho menos extraña. Tampoco lo serán las dependencias del estadio José Zorrilla y sus campos anexos, que pisaron Juanjo Nieto e Ignasi Vilarrasa, ex del Real Valladolid Promesas y hoy jugadores capitales (fundamentalmente el catalán) en el sistema de Antonio Hidalgo.

Del paso del futbolista castellonense se cumple prácticamente una década, ya que llegó en el verano de 2013, procedente del Castellón y para ocupar posiciones de vanguardia. Entonces, se desenvolvía como extremo derecho, o incluso, como delantero, un ataque en el que fue importante, con cuatro goles y seis asistencias, en el último ascenso desde Tercera, a las órdenes de Javier Torres Gómez.

El carácter rebelde y ‘canalla’ de Nieto le sirvió para hacer una muy buena primera temporada, si bien chocó en la segunda con Rubén de la Barrera, con quien su participación bajó de 2.386 minutos a solo 612. Con el preparador gallego fue con quien comenzó a trabajar en posiciones más retrasadas, puesto que, como le sucedía con otros jugadores como Jose Arnaiz, fue reubicado hasta entrenar como lateral o hasta de central, sitios alejados de la formación que le precedía.

Sin embargo, no tardando, con el paso de los años, el hoy carrilero empezaría a variar con frecuencia su puesto hasta hacerlo propio. Sin renunciar inicialmente a las posiciones más avanzadas del terreno de juego, alternó Segunda B con Segunda (donde debutó en las filas del Mallorca, en cuyo filial estuvo) hasta que llegó su temporada de despegue, en el Real Oviedo, con ‘Cuco’ Ziganda en el banquillo.

Después de subir a Primera con el Almería, aunque estando lesionado, el técnico vasco lo reclutó para un Huesca donde es el undécimo jugador con más minutos, ya sin Ziganda y con Antonio Hidalgo en el banquillo. El barcelonés, para quien ha seguido siendo un recurso bastante habitual, le ha reservado una posición ‘mutante’: juega como lateral o carrilero, pero aparece mucho por dentro y hasta en zonas de remate, en un rol que se podría asemejar al que Pezzolano concede a Escudero.

Tiempo más tarde, en la campaña rota abruptamente por la pandemia, Ignasi Vilarrasa llegó también al Promesas, traspasado del Barça y rechazando al Valencia, lo que indicaba el perfil de jugador que arribaba a Los Anexos. Sin embargo, aunque tuvo una presencia sostenida a las órdenes de Javi Baraja, dos vallisoletanos, primero Roberto Corral y luego Sergio Nieto, le impidieron hacerse insustituible, como hoy parece ser en el conjunto altoaragonés, en el que cumple su segundo.

A pesar de ello, tuvo cierta presencia en el primer equipo, con el que debutó en Copa del Rey a las órdenes de Sergio González, llegando a disputar una eliminatoria contra el Levante en Zorrilla, campo que volverá a pisar el domingo. Aunque a la postre se vería penalizado por los cambios en el banquillo y la dirección deportiva, lo cierto es que dejó retazos del carrilero de largo recorrido en el que se ha convertido, aunque con alguna debilidad defensiva que ha ido puliendo tras pasar por Primera RFEF, tercer escalón que, como su compañero, pisó antes de asentarse en Segunda.

Mientras el futuro de Juanjo Nieto continúa en el aire, debido a que termina contrato, la entidad oscense se ha apresurado a ampliar el vínculo de uno de sus principales activos, en vistas del interés suscitado entre otros equipos, algunos de ellos, de Primera División. No en vano, Vilarrasa acumula en lo que va de curso cuatro tantos y tres asistencias, que son bienes preciados por conjunto que durante toda la campaña ha adolecido de gol (es el segundo equipo que menos anota).

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