Dolorosa derrota, oportunidad perdida

La derrota en el Carlos Belmonte dejó helada a la expedición armera. El duelo contra el Albacete era una oportunidad para tomar aún más ventaja en la clasificación y, tras tres empates, la sed de victoria de los eibarreses era enorme, por eso mismo, las sensaciones tras el 3 a 1 fueron de desastre colectivo. Fue un partido en el que todo salió mal y destacar cosas positivas es una tarea complicada. Garitano no se cortó reconociendo el mal partido del equipo y los propios jugadores también asumieron las culpas en un partido donde los niveles de ilusión decayeron hasta lo más bajo. La misión ahora es reparar daños, corregir errores y centrarse en la siguiente cita. Recuperar la victoria este próximo viernes en Ipurua ante el Zaragoza, mientras se sigue como líder, sería la mejor receta para dar un subidón de ánimos, que contra el Levante se pareció vislumbrar.

“Hemos llegado tarde al partido”, resumió Quique González nada más acabar el duelo y no pudo haber mejor definición del papel de los armeros. El Eibar no dio la talla desde el primer momento y eso condicionó el resto de los 90 minutos. El Albacete entendió la puesta en escena de los azulgranas pero no ocurrió lo mismo en el sentido contrario. Las confesiones tras la dura derrota reflejaron el duro varapalo de la imagen dada y de la oportunidad perdida. “Triste, ha sido un golpe brutal. El de hoy era un partido muy importante para nosotros, porque en esa parte de arriba podíamos abrir un poco más la ventaja, pero no nos hemos metido bien al partido, hemos hecho una primera parte muy mala, hemos perdido todos los duelos y han sido más y mejores que nosotros”, afirmó el capitán, Anaitz Arbilla.

Pero esta tormenta no debe convertirse en huracán. Pese al tropiezo en Albacete, con el que se concatenan 4 partidos sin ganar, los armeros siguen siendo líderes en una de las ligas más competidas de los últimos años, arrastrando una plaga de lesiones que no han conseguido hacer tanto daño como podría. Los armeros siguen resistiendo en la cumbre y ello debe dar fuerzas para remontar la situación. Arbilla, capitán del escuadrón, apelaba a la unión entre equipo y afición como recargo de energía para el próximo duelo: “Toca estar más juntos que nunca, tenemos una semana para preparar el siguiente partido contra el Zaragoza y esperemos hacer un gran partido en casa, delante de nuestra gente, cambiar la imagen que hemos dado hoy y ver a otro equipo en el campo”.