Diego Gómez: “Tengo personalidad, no me achico si llego a una categoría nueva”

Diego Gómez (Amoeiro, Ourense, 2004) se ha ganado en los últimos meses ser considerado por muchos el próximo gran talento de Abegondo que se consolidará en el Deportivo. En verano asumió la valiente decisión de marcharse cedido al Arenteiro y el fútbol le ha dado la razón en apenas unos meses. Cada vez más cómodo pegado a la cal como extremo, el zurdo no esconde su sueño de jugar en Riazor y mantiene la mirada al frente tras brillar en Tercera, Segunda y Primera RFEF: “¿Qué me falta? No sabría decir, quizá probar minutos en el fútbol profesional".

Ha podido vivir rachas buenas y rachas malas en apenas unos meses... cuando uno piensa en las cesiones como proceso de aprendizaje, poco más le puede pedir a esta en el Arenteiro.

Estuvimos en buen momento de forma al principio y ahora estamos en un bache, pero como les pasa a todos. Seguro que vamos a ir mejorando los resultados, porque estamos jugando bien. Las sensaciones siguen siendo buenas, generamos ocasiones, pero está el factor suerte que siempre influye en el fútbol y no está cayendo de nuestro lado.

Dinámicas...

Cualquiera que se ponga un partido del Arenteiro puede ver a qué jugamos. Hacemos buen fútbol, dominamos. Algunos días ganamos y otros perdemos, pero siempre con identidad.

Donde no habrá mucha queja es en cómo le están saliendo las cosas a nivel individual

Me están dando mucha confianza. Creo que estoy mejorando mucho. Estoy a buen nivel, pero tengo que mejorar las cifras, hacer más goles y asistencias. Genero ocasiones de peligro, pero no me acaban de entrar. Me dicen que esté tranquilo, que lo estoy haciendo bien y llegarán, pero al final uno quiere hacer goles para ayudar al equipo y alegrar a la gente.

Los famosos números que tanto le preocupan a los futbolistas...

Me preocupan primero las sensaciones y ahí me siento a buen nivel, pero noto que tengo tres o cuatro oportunidades por partido y no convierto. A ver si a partir de ahora soy capaz de tener algo más de colmillo.

En verano tuvo muy claro que quería salir al Arenteiro, ¿se esperaba que todo fuese tan rodado?

Quería demostrar que era un jugador más que suficiente para Primera Federación. Y creo que lo estoy consiguiendo. Quería mejorar para que cuando vuelva al Depor y tenga mi oportunidad, estar lo mejor posible y ayudar al equipo. Estoy en casa con mi familia, amigos... y con la confianza que me da el míster está saliendo todo a pedir de boca.

¿Cuánto tiene que ver precisamente eso, el entorno, estar en casa?

Mucho. El día a día que tengo en Amoeiro es espectacular. Maravilloso. Mucha cercanía con mi abuela, mis amigos de toda la vida, que somos todos vecinos... lo noto mucho. Y luego está el vestuario del Arenteiro, que es un espectáculo. Estoy muy bien con los veteranos y los jóvenes estamos con ganas de aprender, además de que el míster sabe llevar muy bien nuestro grupo".

¿Ha notado el salto de categoría?

Lo primero que he notado es que los laterales pegan más. Ahora ya me van conociendo y aguantan, pero al principio ‘rascaban’ mucho. A nivel físico noté sobre todo cuando di el salto de juvenil al fútbol semiprofesional o profesional. Los equipos están más preparados en esta categoría. Lo notaba más al principio, pero también estoy haciendo mucho de ese trabajo invisible. Gimnasio, alimentación... estoy creciendo físicamente y como jugador.

Es que lleva ya más minutos que el año pasado...

Nunca he sido mucho de lesionarme. El año pasado tuve mala suerte rompiéndome un dedo de la mano y luego el peroné. Pero físicamente estoy bien. Llego al minuto 90 y sigo con capacidad para hacer carreras cuando muchas veces veo a mi lateral ya con molestias o pidiendo el cambio.

¿Hay ya diferencias notables con el Diego Gómez de verano?

Estoy sabiendo darle más valor a los balones en campo propio, en madurar los tiempos del partido. Siendo más joven siempre iba hacia adelante, atacaba yo contra quien fuese. Ahora le meto más calma, me asocio más. Soy un poco más veterano, por decirlo de alguna forma. Además me estoy especificando más en la banda, estoy cogiendo más oficio de jugar ahí, los pequeños detalles.

Es que está siendo más extremo que nunca...

El míster trabaja mucho conmigo los conceptos para jugar ahí. Llegar al segundo palo, mantenerme en el cajón, cuándo cortar... son conceptos que no tienes cuando juegas en la mediapunta, donde cuentas con más libertad. Creo que me estoy adaptando bien, aunque no sabría decir todavía si soy mediapunta o extremo. Alguna gente me dice una cosa, otros otra... y algunos incluso que debería jugar a pierna natural.

¿Y entonces qué le falta?

No sabría decir. Quizá probar minutos en el fútbol profesional para ver cómo me encuentro. Primera Federación era novedad, pero tengo personalidad y no me achico, no tengo miedo a las nuevas categorías y me adapto. Ya me pasó el año pasado en Segunda Federación y esta temporada, igual.

¿Cómo está siendo el seguimiento del Depor?

Espectacular. La directiva, la dirección deportiva... nos ayudan en todo momento. Cualquier cosa que necesitemos. Nutrición, físicos... empecé a jugar con alguna molestia en la rodilla y me dijeron de venir a A Coruña para hacer pruebas... es espectacular. Están cuidando mucho a los canteranos.

¿Y alguna llamada ahora que se acerca enero?

No sé nada. Estoy muy puesto en el día a día, sumando minutos y goles en el Arenteiro y centrado en hacerlo lo mejor posible.

¿Le gustaría?

Es un sueño que tengo, hacer algo grande con el Deportivo. Mi sueño y el de cualquiera que está en la cantera.

¿Está pudiendo seguir al equipo?

No voy al estadio, porque me pongo muy nervioso. Ya estuve en O Couto viendo la Copa y lo pasé mal. Pero lo veo siempre que puedo con mucha ilusión.

¿Cómo vivió la llegada de Gilsanz?

Me alegré mucho. Lo siento por Imanol, que tuvo una gran etapa, pero me alegré mucho por Óscar. Son muchos años con él, sé que es muy del Depor y es un sueño poder entrenar a su Depor. Lo está haciendo espectacular. Pilló al equipo en descenso y ahora está ahí, lo está haciendo bien.

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