Diego García, homenaje privado anti-críticas al palco
El delantero del Leganés recibió su tributo conmemorativo por haber jugado 100 partidos de pepinero en las entrañas de Butarque, probablemente para evitar una pitada sobre Jeff Luhnow, el presidente del club.
Diego García, delantero del Leganés, está de enhorabuena en lo personal. En el duelo ante el Zaragoza, este canterano blanquiazul firmó su partido oficial número 100 con los pepineros. Un hito que el club quiso festejar, primero, anunciándolo en sus redes sociales y, más adelante, con un homenaje en forma de camiseta personalizada enmarcada con algunas de las imágenes más icónicas del delantero. Ocurre que esta segunda forma de tributo fue diferente a la del resto de los compañeros. Y todo por la inestabilidad que rodea al club.
La situación de crisis que vive el Leganés modificó el tributo al ariete, uno de los cuatro capitanes del equipo, y exilió el acto de entrega de este obsequio a la intimidad de las entrañas de Butarque. Allí, finalizado el partido del pasado domingo ante el Córdoba, Jeff Luhnow, presidente del club, le entregó este obsequio en el antepalco del estadio. No es el espacio habitual.
Desde que Blue Crow Sports se hizo con la propiedad del Leganés en 2022, estos homenajes se han rendido siempre a pie de césped, una tradición que también había puesto de moda la anterior propiedad, pero que se potenció tras el cambio de manos del Leganés. Ocurre que ahora el escenario es diferente, con una masa social especialmente molesta con las decisiones que se han tomado en los últimos meses.
Sin pitos
Esa fractura social se hizo carne en la huelga de animación que anunció en la previa del partido la Grada de Animación y que se hizo palpable en dos encuentros. Ante el Albacete en Copa (cero animación) y contra el Córdoba en este partido (entrada en el minuto 10 y animación solo desde el 15).
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En medio de este escenario cargado de malestar y tensión, haber ejecutado este acto en el césped de Butarque, a pocos minutos del comienzo del partido, habría provocado seguramente que la parroquia local hubiera volcado su malestar con Luhnow. Evitar esta crítica puede ser la razón que motivó un tributo privado que hizo que Diego García conmemorara su ‘centenario’ como pepinero en la intimidad, y no ante su público.
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