Del entusiasmo a la desazón

Hace junto un año, el Tenerife despedía la primera vuelta inmerso en la lucha por el ascenso. Con 38 puntos, los de Ramis marchaban terceros, peleando mano a mano con el Almería (45) y el Éibar (39). Sin embargo, ahora la situación es bastante más pobre ya que con 25 unidades, los insulares están más cerca de los puestos de descenso que de arriba. Deberán hacer una segunda vuelta casi de ascenso para poder aspirar a objetivos ambiciosos.

“Estamos en tierra de nadie y tenemos que dar el empujón hacia arriba”, opinó Ramis al ser consultado sobre este presente blanquiazul. Enseguida, el entrenador sacó su versión más optimista: “estamos en buena disposición para la segunda vuelta, tenemos que mejorarla, sin ninguna duda. Esas sensaciones buenas que hemos tenido contra buenos rivales tenemos que hacerlas más habituales. Tenemos potencial y los chicos creen en esa idea”.

Lo cierto es que las expectativas están lejos de ser alcanzadas. Al equipo se le ve muy irregular, incapaz de encadenar varias semanas sin perder y así se le está haciendo cuesta arriba. De estas 21 jornadas disputadas, se han ganado solo seis partidos, se han empatado siete y se perdieron los ocho restantes. Lo llamativo es que cuando el Tenerife parecía reencontrarse (ante Granada, Huesca o Deportivo Alavés), a la siguiente semana volvía a las andadas.

Vale aclarar, también, que Luis Miguel Ramis nunca pudo contar con su plantilla al completo debido a la plaga de lesiones. En una semana llegó a acumular hasta once futbolistas en el dique seco. Shashoua y Corredera, tuvieron que pasar por el quirófano; Elady se lesionó en la primera jornada y no reapareció hasta mediados de octubre -los tres, hombres claves del curso anterior-. También cayeron José León, Carlos Ruiz, José Ángel Jurado, ahora Waldo Rubio y Teto... y así es se hace más complicado.

A las puertas de enero, se esperan novedades, tanto en altas como en bajas para tratar de enderezar el rumbo y no tener que sufrir más de la cuenta. Ya está preparada la lista de posibles candidatos en la que trabaja Juan Carlos Cordero (un lateral izquierdo parece claro y también gente para las bandas). Lo cierto es que en tan solo un año, la afición blanquiazul pasó del entusiasmo que da verse arriba a la desazón por volver a escaparse de la zona peligrosa.