Declarado el estado de ilusión en el Levante
El equipo no conoce la derrota desde que Calleja ocupa el banquillo. Se han clasificado para los octavos de Copa tras eliminar al Getafe.
Es increíble cómo puede cambiar un entrenado el estado anímico de una plantilla y la dinámica de resultados. “Hemos jugado el mejor partido de la temporada”, dijo Calleja cuando acabó el encuentro ante el Getafe y su equipo había logrado clasificarse para los octavos de final de la Copa del Rey. El viernes visitan El Molinón para ganar y dormir líderes de segunda división.
El partido ante el Getafe recordó a las grandes noches en el Ciutat. Desde el primer minuto el equipo apretó y quiso ir a por el partido. Dominaba la posesión del balón pero no acertaba en las ocasiones. Supo reponerse, en dos ocasiones, a los goles de Munir que pusieron por delante al conjunto madrileño para llevarse la victoria final con un gol de Wesley.
Precisamente Moraes, fue el gran héroe de la noche anotando el gol de la victoria en el descuento. Estaba gafado con la portería y sumaba más de 1000 minutos sin marcar. El público del Ciutat, paciente, supo animar y reforzar al jugador durante todo el el partido cuando desaprovechó ocasiones claras para anotas.
Todas la líneas del equipo funcionaron bien. La defensa con un Álex Muñoz infranqueable que anotó el gol del empate, el centro del campo con Pablo Martínez y Pepelu que no se desconcentraron ni un instante, la magia de Joni Montiel y el buen hacer de Cantero que, demuestra partido a partido, que tiene mucho potencial.
El partido también sirvió para ver que la afición tiene un ídolo. La salida de Jorge De Frutos al terreno de juego dio alas al equipo y fe al público para la remontada y la clasificación final. La partido solo tuvo un pero y fue la trifulca final que se generó en el césped y acabó el túnel de vestuarios. Iborra fue expulsado y Quique Sánchez Flores se quejo de la actuación de los miembros de seguridad del estadio.
Desde la llegada de Calleja al banquillo, el equipo ha sumado ocho victorias y cinco empates. El técnico madrileño se hizo cargo de un equipo moralmente perdido de la mando de Nafti y ha conseguido darle la vuelta para convertirlo en uno de los máximos aspirantes al ascenso. La filosofía de Calleja gusta a los jugadores y ha calado bien en la afición.