David Mella, un talento precoz sin techo a la vista

El 27 de junio de 2021, después de tumbar al Real Madrid en semifinales, el Deportivo se proclamaba campeón de España Juvenil al derrotar al Barcelona en la final (3-1). En aquella hornada de Abegondo estaban jugadores como Yeremay, Noel (Real Madrid), Barcia o Trilli (Barcelona). También un cadete que con su velocidad y desborde había subido de escalón antes de tiempo por su enorme calidad: David Mella. El eléctrico extremo zurdo de Teo, con 16 años recién cumplidos, ya avisaba de una precocidad a la que no se le adivina techo.

Su talento se expuso después en Europa con la Youth League y al año siguiente, para no perder la costumbre de vivir todo rápido, sufrió la cara oscura del fútbol con una lesión de pubis que lo tuvo casi una temporada en el dique seco. Su constancia y trabajo le permitió llegar a tiempo para ayudar en el tramo final al Fabril, filial blanquiazul, en su pelea para subir a Segunda RFEF. Vaya si lo hizo, marcando nada menos que el gol del ascenso en la última jornada en O Barco (0-1) siendo juvenil de primer año.

La temporada siguiente, la 2002-2023, sus pasos ya empezaron a retumbar en el primer equipo. La llegada al final de temporada de Rubén de la Barrera supuso uno de los debuts más precoces en el Deportivo, con el que se estrenó el 20 de mayo de 2023 ante el Algeciras (4-0) tres días antes de ser mayor de edad. Al año siguiente, ya con Idiakez en el banquillo, marcó su primer gol ante el Lugo (0-3) con 18 años, tres meses y diez días. Una marca que en la historia del club sólo supera Marcos Vales (18 años, un mes y 18 días).

Paralelamente a esta emergente carrera en A Coruña, David Mella ha hecho lo propio en las categorías inferiores de la Selección, donde ha sido un habitual y, normalmente, de los más jóvenes. Desde que Julen Guerrero se lo llevó a la Sub-15 con un año menos que la mayoría de sus compañeros, ha sido un fijo en todos los peldaños de la Rojita hasta culminar este verano con el campeonato de Europa Sub-19 en el que tuvo un destacadísimo papel.

Como era de prever, tampoco ha tardado demasiado tiempo en explotar en su debut en el fútbol profesional. Titular desde el minuto uno de la temporada, Mella dejó un doblete el pasado viernes en el Carlos Belmonte como carta de presentación en Segunda. Una actuación que redondeó con una generosa asistencia a Cristian Herrera en la goleada blanquiazul (2-5). Igual de generoso se ha mostrado en lo táctico. Su carrera discurría, y con mucho éxito, pegado a la banda izquierda, su hábitat natural. La pasada temporada, consciente de la necesidad de juntar su talento con el Yeremay, Idiakez ‘sacrificó’ al de Teo y lo mandó a la derecha. Tardó un partido en aclimatarse y, lo hizo tan bien, que José Lana también utilizó este recurso con la Sub-19 en más de una ocasión.

El talento de Mella transita a la misma velocidad que su carácter. Jovial, abierto y todo un descubrimiento en las recientes celebraciones del ascenso del Deportivo. Su desparpajo en el campo es proporcional al que muestra fuera de él. Algo a lo que ha ido sumando responsabilidad, como la que le llevó a darse cuenta en el arranque de la pasada temporada que cuidar el peso era un aspecto fundamental para su futuro. Deportivista hasta la médula, su padre también fue jugador blanquiazul a finales de los 80, este verano el Brighton pagaba su cláusula de rescisión de 4 millones, pero dijo ‘no’. Desde el 30 de junio su precio se ha doblado, pero es posible que en breve pueda no ser suficiente. Mella termina contrato en 2026 y su renovación es estratégica para un Deportivo que quiere y desea que la perla de la cantera siga creciendo en A Coruña.

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