Con ánimo de revancha

Peligro en La Romareda: el Zaragoza menos goleador de la historia, el que camina a paso de tortuga y no logra sacudirse sus problemas clasificatorios ni la amenaza del descenso, recibe este mediodía al Leganés, su última bestia negra en estas diez temporadas consecutivas en Segunda División. El apelativo le viene que ni pintado al equipo pepinero, porque le ha ganado al Zaragoza en sus cinco últimos enfrentamientos, con un balance realizador arrollador: doce goles a favor y sólo dos en contra. Y con un resultado, el de la última jornada de la campaña 2020-21, que todavía escuece y tardará en olvidarse: 0-5, con dos tantos de Juan Muñoz, que pasó hace siete años por el club aragonés sin pena ni gloria, pero que no pierde cita para coserlo a goles.

También regresan dos viejos conocidos, como Imanol Idiákez, al que le vino grande el banquillo de La Romareda -sólo se mantuvo diez encuentros en el cargo-, y el colombiano Narváez, que disputó las tres primeras jornadas de este campeonato con el Zaragoza antes de su traspaso al Valladolid, donde no ha hecho carrera.

Pero al margen de los reencuentros y del homenaje previo al doctor Villanueva, médico del Real Zaragoza durante más de tres décadas (1982-2014), el equipo aragonés necesita más que nunca una victoria para tranquilizar los ánimos y que las alarmas no vuelvan a dispararse antes de la visita del próximo domingo a El Alcoraz. El Zaragoza únicamente ha ganado dos partidos en toda la segunda vuelta, en las últimas cuatro jornadas sólo ha sumado dos puntos y lleva dos goles en las últimas siete. Sin duda, números para echarse a temblar, aunque mantenga seis puntos de ventaja, y el ‘goal-average’, con el descenso. Así que las urgencias no dejan de crecer para Fran Escribá, que no logra un triunfo en La Romareda desde hace tres meses: tres empates a cero frente al Mirandés, la Ponferradina y el Burgos y una goleada de realidad frente al Alavés (1-4).

El técnico del Zaragoza nunca da pistas sobre su alineación, pero todo apunta a que Francés será hoy titular en detrimento de Lluís López, que el juvenil Pau Sans seguirá una jornada más en el banquillo y que Vada cubrirá la baja de Francho por un proceso gripal.

Por su parte, el Leganés tiene en la Romareda punto de partida de una dolorosa estadística. Desde su apuntado 0-5 de hace año y medio -la mayor goleada a domicilio en Segunda de su historia-, no han vuelto a pisar puestos de ‘playoff’. Entonces acabó el curso tercero y, sin saberlo, inauguró un tiempo agitado de altos y bajos -más bajos que altos- en los que el potencial de un club aseado y económicamente apetecible no se ha reflejado en la clasificación. Traducido: desde entonces han pasado 72 jornadas y el Lega no ha vuelto a ocupar ninguna de las seis primeras plazas en ninguna jornada.

Repetir en alguna de esta temporada suena a entelequia. El Albacete orbita en la troposfera clasificatoria eyectado cual cohete manchego imposible de alcanzar para este Leganés que acumula una racha de apenas siete puntos en las últimas ocho jornadas. Son sólo tres menos que los cuatro que le hizo ser colista allá por la octava fecha, cuando los de Idiákez saltaron como un resorte y encadenaron 29 puntos de 42 posibles, algo así como el 69% de los que estaban en juego.

Ahora necesitará un rendimiento similar para poder soñar con esa zona noble. Para lograrlo debería ganar ya. Esto supondría aumentar una racha también insólita. La sexta victoria consecutiva fante el Zaragoza supondría, además, algo de redención para Imanol Idiákez, que fue eyectado del cargo en La Romareda apenas iniciado el curso por mal rendimiento. En Butarque hubo paciencia y el resultado ha sido (parcialmente) satisfactorio. El guipuzcoano regresa a la capital aragonesa con la baja de Jorge Sáenz (sanción) y Josema (lesión). Al primero lo suplirá Omeruo. La vuelta de José Arnáiz (siete goles) y la potencial titularidad de Cissé y Juan Muñoz apuntan a novedades de un equipo tocado en lo anímico, que necesitará de un milagro para reengancharse a la lucha por subir.